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Mi nombre es Tyehimba Jess. Soy un poeta negro. Soy dueño de un silencio al que hay que hacer justicia. Soy dueño de un silencio tras cada matanza. Sigo siendo una nación a la que no han silenciado. Soy un poeta que asesina al silencio. Mi nombre es Eric. Mi nombre es Bell. Mi nombre es Leonor. Mi nombre es nación. Mis derechos caben en cualquier reporte de crimen. Mis restos quedaron tirados en el pavimento cuatro horas, mientras la multitud gritaba para reclamar mis derechos. Luego, al silencio que fui lo subieron a una camioneta y lo acarrearon a la morgue. Mi nombre es poético: Trayvon, Diallo, Ousmane, canta mi negritud en los titulares. Mi nombre representó alguna vez todas las posibilidades, pero ahora se pronuncia con furia y dolor. Tengo derecho a la furia. Tengo una morgue en mi silencio. Tengo un brazo que me estrangula y una bala en la cabeza. Tengo una boda a la que asistir, un desfile de graduación que me espera, un hermanito con quien pasar el rato, y ahora soy un rostro en una pancarta en un mar de furia, una nota periodística, una pregunta que pasa de generación en generación, una lección sobre el miedo, y lo único que en verdad deseo es irme a casa. Mi nombre es asesinado. Mi nombre es una foto muda en el folleto de la funeraria. El policía guardó silencio. Lo programó la ira de una nación, un silencio de penas que nació bajo el yugo en un barco negrero. Pregunten si él es un dron que recorre las calles del país, programado para matar lo negro. Pregunten a un dron sobre la poesía de los sin derechos que ha asesinado. Pregúntenle al silencio sobre los derechos de ustedes. Mi nombre es Pearly Golden. Mi nombre es Tariq Aziz. Mi nombre es Kayla Moore. Mi nombre es Aiyanna Stanley Jones. Mi nombre es Fazal Wahad. Mi nombre es una nación de funerales. El silencio después de mi nombre es asesinado por el sonido del siguiente. Mi nombre es Michael Brown. Mi nombre es Kimani Gray. Kendric McDade. Mashooq Jan. Mohammad Yaas Khann. El dron furioso me descubrió cuando iba de la tienda a mi casa, camino al trabajo, rumbo a una boda, caminando por la calle. El dron me miró desde su gran altura y poder y el cielo estaba lleno de sus crímenes. Mi crimen es un derecho que enfurece a esta nación. Mi nombre es un poema. Mi nombre no es silencio. Soy un poema negro escrito sobre el silencio que ha quedado atrás.
Mashooq Jan, Fazal Wahad, Mohammad Yaas Khann, and Tariq Aziz son niños muertos por ataques de drones estadounidenses en Yemen y Paquistán. Todos los demás fueron asesinados por policías en Estados Unidos.