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El 03 de septiembre marca otro aniversario del fallecimiento de Iván Turguéniev, uno de los más grandes escritores rusos del siglo XIX, cuya obra literaria muestra compromiso con la exploración y reflexión en todo el mundo.
Turguéniev nació en Oriol, Rusia, vivió una vida marcada por viajes, experiencias y una profunda conexión con la naturaleza. Creció en una familia acomodada y estudió en Moscú y San Petersburgo, donde desarrolló su pasión por la literatura y el arte. Sus viajes por Europa Occidental, particularmente a París y Alemania, influyeron en su pensamiento y en su estilo literario.
La obra de Turguéniev abarcó novelas, cuentos y obras de teatro, pero es especialmente conocido por sus novelas y cuentos que exploraban la vida rural y la relación entre la aristocracia y los campesinos en la Rusia del siglo XIX. Su novela más célebre, Padres e Hijos (1862), es un clásico de la literatura rusa que examina los conflictos generacionales y las tensiones políticas y filosóficas de la época. Esta obra en particular influyó en escritores posteriores y en el movimiento nihilista en Rusia.
Otra obra destacada de Turguéniev es Humo (1867), que retrata la vida de los rusos en el extranjero y aborda temas de amor y desencanto. Sus obras a menudo exploraban la dualidad de la naturaleza humana, destacando la belleza y la complejidad de las relaciones humanas.
Turguéniev falleció a los 64 años debido a una infección cardíaca en Bougival, Francia, donde había vivido gran parte de su vida adulta. Hoy, en el aniversario de su fallecimiento, se recuerda a Iván Turguéniev como un maestro de la literatura rusa.
P.A.
