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Este sábado, 25 de noviembre, el emblemático Teatro Sucre celebra su aniversario 137, con la obra lírica La Boda y el Baile de Luis Alonso, una coproducción entre la Fundación Teatro Nacional Sucre y Zarzuela Colombia.
El teatro es el espacio consagratorio para las artes escénicas en Ecuador. Ha acogido a lo largo de trece décadas a grandes intelectuales y artistas de nivel mundial, como el francés Marcel Marceau, que llegó al escenario capitalino en mayo de 2004. Otros artistas destacados son: Domingo Brescia, Rosina Storchio, Jascha Heifetz, Andrés Segovia, Philip Glass, Charles Bradley, María Pagés, John Zorn, quienes convirtieron los momentos irrepetibles en acontecimientos que perduran en la memoria de los quiteños.
El jueves 25 de noviembre de 1886, “a las ocho y media de la noche, se levantó por primera vez el telón histórico de esta joya patrimonial de arquitectura neoclásica, para presentar a Quito la ‘Gran novedad artística’, por el célebre pianista de París, Capitán Voyer, con el concurso de la gran orquesta dirigida por don Aparicio Córdoba” …
De este modo relataban los diarios de la época la apertura del Teatro Nacional Sucre, espacio cuya planificación y construcción empezaría al menos una década antes, por iniciativa de una sociedad de ciudadanos quiteños denominada ‘La Civilización’, encabezados por Marieta de Veintimilla.
Por su escenario ha transcurrido la memoria patrimonial de la cultura y el arte en el Ecuador. La producción de obras de teatro, danza, zarzuela, música, ópera y muchas otras actividades han sido una labor continua que ha hecho de este espacio un epicentro de la vida cultural en la ciudad. Sus paredes y espacios conservan aún la memoria de los ‘Cuadros Vivos’ realizados durante la década de 1920, en veladas culturales de gran relevancia para Quito en las que participaban personajes que posteriormente serían trascendentales para la cultura ecuatoriana, como Benjamín Carrión o Gonzalo Escudero.
De igual modo, esta casa de las artes fue el escenario del que surgieron grandes intérpretes de la música ecuatoriana, como el reconocido dúo Benítez-Valencia o Carlota Jaramillo, durante la década de 1950. Además, esta edificación fue sede de la Orquesta Sinfónica Nacional desde su primer concierto debut, en el año 1956, hasta el año en que iniciaron las remodelaciones del Teatro a cargo del FONSAL, en la década de 1990.