TRISTAN TZARA, EL POETA DADAÍSTA

Tristan Tzara, poeta rumano en lengua francesa, fue el principal impulsor del grupo Dadá, movimiento de ruptura de vanguardia nacido durante la Primera Guerra Mundial. Tristan Tzara, seudónimo de Samuel Rosenstock había nacido en Moinesti, Rumania, el 16 de abril de 1896 y murió en París el 25 de diciembre de 1963.

Tzara fue un dadaísta fundador del movimiento antiarte del que es considerado su mayor exponente y figura. Fue un poeta vanguardista de principios de siglo, anticipando la llegada del surrealismo. Su frase: “No es que esté loco, yo se ver el revés de las cosas y multilicarles el porvenir”, refleja su visión de la vida. ​

Vivió en Francia casi toda su vida. Fue uno de los autores más importantes del dadaísmo, que fundó junto con Jean Arp y Hugo Ball, una corriente artística de vanguardia totalmente revolucionaria en el sentido de que buscó romper con todos los parámetros establecidos a lo largo de la extensión de la historia del arte occidental, tanto que hoy día es catalogada como antiarte. El dadaísmo fue una especie de padre fundador para gran cantidad de movimientos artísticos, entre ellos el surrealismo, el estridentismo y en cierta medida el arte pop de los años 1960. El movimiento dadaísta se originó en Zúrich durante la Primera Guerra Mundial y en contra de esta. Tristan Tzara escribió los primeros textos dadaístas La Première Aventure céleste de Monsieur Antipyrine (La primera aventura celestial del señor Antipirina, 1916) y Vingt-cinq poèmes (Veinticinco Poemas, 1918), así como los manifiestos del movimiento: Sept manifestes Dada (Siete manifiestos dadá, 1924).​ En París organiza, con sus compañeros de movimiento, espectáculos callejeros plenos de absurdismo para épater le bourgeois, “escandalizar a la burguesía”, y dio un poderoso impulso a la escena dadaísta. Hacia fines de 1929 se embarcó en el recién inaugurado movimiento surrealista de André Bretón y otros autores; dedicó grandes esfuerzos a intentar conciliar las doctrinas filosóficas nihilistas y sofisticadas del movimiento con su propia filiación marxista. Participó activamente en el desarrollo de los métodos de escritura automática entre ellos el collage  El cadáver exquisito. De esa época data su libro L’Homme approximatif (El hombre aproximativo, 1931).​

Durante la II Guerra Mundial se incorporó a la Resistencia Francesa; tras obtener la ciudadanía en 1947 se afilió al Partido Comunista Francés. Su militancia se extendería hasta 1956, cuando, tras la invasión de Hungría por las tropas soviéticas para apagar la revuelta popular, se apartó del partido. Su obra de la época es característicamente compleja, aunque más convencional que en su juventud; en ella destacan Parler seul (Hablar solo, 1950) y La face intérieure (El rostro interior, 1953).

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