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El columnista de diario El Comercio y hombre de la cultura, Fausto Segovia Baus, nos entrega su visión acerca de la cultura en el año 2023 y las proyecciones de este año 2024. Fausto Segovia Baus (1948), es periodista, autor de libros para niños, profesor y apasionado de la educación. Se ha desempeñado académicamente en la Universidad Católica de Quito, donde ha trabajado como docente e investigador, y en el diario El Comercio, como Editor de las revistas Familia y Educación. En el plano empresarial ha dirigido Edyta/Editores & Consultores. En el ámbito público, fue subsecretario y ministro de Educación y Cultura, en el gobierno constitucional del Arq. Sixto Durán Ballén.
¿Cómo ha visto la cultura durante el año 2023?
El Ecuador es un país plurinacional y multicultural, de conformidad con la Constitución de 2008. Se caracteriza por su diversidad en las cuatro regiones naturales, y está dotado de un patrimonio cultural estimable.
El contexto político de 2023 marcó la cultura institucional, que no logró consolidar políticas públicas culturales encuadradas en las necesidades de la gente y el marco jurídico establecido en la Carta Magna y las leyes respectivas. El denominado Gobierno del Encuentro no logró definir prioridades en el ámbito cultural, por la falta de liderazgo, bajos presupuestos y mínimo apoyo a los gestores culturales. Las iniciativas provinieron de los sectores sociales, de grupos privados y emprendimientos que dejaron valiosas experiencias. Prueba de lo dicho es la magnífica producción de libros en 2023, con resonancias en el extranjero.
La cultura pública se nutrió del “eventismo” o espectáculos que dejaron muy pocas opciones para consolidar una matriz cultural de un país fortalecido por la diversidad. Prevalecieron las discriminaciones y las desigualdades, apoyadas en estructuras endebles y cacicazgos, en organizaciones valiosas como la Casa de la Cultura Ecuatoriana y sus núcleos.
En 2023 se recordó 45 años la declaratoria de Quito, como primer Patrimonio Cultural de la Humanidad, hecho histórico que no ha logrado articular una política pública cultural consistente que implique a todo el cuerpo social. La Corporación para el Libro y la Lectura -desde la sociedad civil- fue una institución dinámica con una propuesta de varios lustros, que, en la práctica, creó espacios para la mediación a la lectura, concursos y publicaciones de bolsillo. La Academia Ecuatoriana de la Lengua dio muestras de vitalidad y compromiso con ediciones, en la línea del rescate de nuestra identidad lingüística.
El año se cerró con una estrategia -la “Cultura Metro”- que intentó educar a los ciudadanos para utilizar este servicio público.
¿Qué proyecciones culturales observa para este año 2024?
Con el cambio de gobierno, las urgencias y desafíos han aumentado en 2024 en todos los terrenos, especialmente en el cultural. Los retos para el Ecuador son enormes, asolado por una violencia encarnizada, y la búsqueda de otros rumbos asociados a la ética y la eficiencia.
En las siguientes líneas, algunos aspectos a considerarse: actualizar las políticas culturales públicas, con la participación de sus gestores; establecer una hoja de ruta consensuada y presupuestada, en especial, en lo referente al Plan Nacional de Lectura y la ley del libro; activar a los gobiernos locales y provinciales para la aplicación de acciones culturales; despertar a la Casa de la Cultura Ecuatoriana y sus núcleos; fomentar iniciativas ciudadanas en los campos de música, el arte y la literatura; crear la “Cátedra Espejo” para fomentar el pensamiento educativo, cultural y libertario del prócer, como estímulo para generar espacios de conversación y debate en todas las escuelas, colegios y universidades del Ecuador.