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Luis Martín Santos, nació 11 de noviembre de 1924 en Marruecos, y falleció el 21 de enero de 1964. Fue prosista y psiquiatra español, y es autor de Tiempo de silencio, que figura entre las mejores novelas españolas del siglo XX. Escritor español. Doctor en medicina, fue investigador del CSIC y director del sanatorio psiquiátrico de San Sebastián. Su novela Tiempo de silencio es una obra fundamental en la historia de la literatura española por su ruptura con el realismo social entonces en boga. Tras su muerte aparecieron la recopilación Apólogos (1970) y la novela inacabada Tiempo de destrucción (1975). En 1940 terminó sus estudios de bachillerato, cursados en el colegio de los Hermanos Marianistas de Aldapeta, y pasó a la Universidad de Salamanca a estudiar la carrera de medicina. Su afición por la lectura y la literatura le llevaron a frecuentar en esos años la tertulia del café Gijón, donde conoció a autores como Juan Benet y Rafael Sánchez Ferlosio.
En 1949, y durante un breve espacio de tres meses, dirigió el manicomio de Ciudad Real. Un año más tarde viajó a Alemania para ampliar su formación en ciudades como Heidelberg. En este viaje conoció al poeta y editor Carlos Barral, que sería quien se encargara de publicar toda la obra literaria de Martín-Santos. En 1951 se hizo cargo de la dirección del Hospital Psiquiátrico de San Sebastián y en 1953 contrajo matrimonio con Rocío Laffón, que murió como consecuencia de un accidente provocado por un escape de gas en 1963, justo un año antes de que Martín-Santos falleciera en un accidente automovilístico.
Durante la segunda mitad de la década de 1950 y la primera mitad de la de 1960 formó parte, junto con otros intelectuales y políticos, de la llamada Academia Errante, un foro de discusión ideológica y cultural que pretendía encontrar un territorio para la expresión en medio del hermético y encorsetado espacio que la autarquía franquista representaba. Al mismo tiempo publicó diversos ensayos en relación con su campo profesional, la psiquiatría, entre los que cabe destacar Dilthey, Jaspers y la comprensión del enfermo mental (1955), que fue su tesis doctoral, y Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial (1964). Poseía sólidos conocimientos filosóficos, y su pensamiento se orientó hacia un intento de compaginar las tesis del marxismo con el individualismo existencialista de Sartre.
En el ámbito de lo estrictamente literario, Luis Martín-Santos rompió con el realismo social de posguerra e introdujo en España las técnicas narrativas contemporáneas. Su novela Tiempo de silencio (1962), la única que publicó en vida, supuso una radical renovación de los postulados estéticos en los que se movían los autores de la promoción de 1950, a la que pertenecía por edad. Esta obra significó, ante todo, el acta de defunción del realismo social imperante en aquellos años, y puso de manifiesto las limitaciones formales e intelectuales de que adolecían la mayor parte de los productos surgidos en el seno de dicha tendencia.
El protagonista de Tiempo de silencio es Pedro, un médico e investigador arrastrado por las circunstancias y la miseria real y moral que lo rodea. Tras participar involuntariamente en un aborto ilegal, acaba siendo detenido, y una vez en libertad es objeto de una estúpida venganza y despedido del centro investigador. La acción se sitúa en Madrid durante el otoño de 1949 y enlaza, a través de la peripecia del protagonista, un retrato de todos los sectores de la sociedad, desde las clases intelectuales y acomodadas hasta las marginadas. La burguesía del Madrid de la posguerra (la familia y mundillo de su amigo Matías) es criticada acerbamente y confrontada al submundo de las chabolas, del que emerge un cuadro de miseria absoluta y máxima degradación. Las mujeres de la pensión en que vive el protagonista representan la sacrificada y ridícula clase media, cuyos anhelos de medrar pasan por encima de cualquier otra consideración. Después de la muerte de Martín-Santos fue publicada la novela inacabada Tiempo de destrucción (1975), que profundiza en la línea establecida por su obra maestra a través de la figura del juez Agustín, quien acaba siendo aniquilado después de rebelarse contra la opresiva sociedad que lo rodea. Otro libro aparecido póstumamente fue Apólogos y otras prosas inéditas (1970), con un texto que serviría de prólogo a su novela inconclusa.