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Julio Verne, novelista francés de libros de aventuras nació en Nantes, Francia, el 8 de febrero de 1828 y falleció en marzo de 1905 en Amiens. Es considerado el padre de la ciencia ficción y el segundo autor más traducido de todos los tiempos, después de Agatha Christie. Entre sus obras de aventuras destacan títulos como La vuelta al mundo en 80 días, Viaje al centro de la Tierra, 20.000 leguas de viaje submarino, De la Tierra a la Luna, Cinco semanas en globo, Los hijos del capitán Grant, entre otras.
Verne predijo con gran precisión en sus relatos fantásticos la aparición de algunos inventos generados por los avances tecnológicos del siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales. La vida de Julio Verne es aparentemente una sucesión de decisiones sensatas: estudió derecho siguiendo la tradición familiar, contrajo matrimonio con una viuda rica, logró una posición acomodada y solo cuando su arrollador éxito se lo permitió se dedicó en exclusiva a la literatura. A los once años, enamorado de una prima suya, se embarcó en un barco que partía a las Indias con la romántica idea de traerle un collar de coral. La aventura fue abortada en el último segundo por su padre, que le propinó una paliza; ello y el posterior desdén de la prima alimentó al parecer la misoginia de Verne y una secreta rebeldía que, incapaz de manifestarse en la sociedad bienpensante, hallaría un cauce de expresión en la desbordada fantasía de su literatura. Tras su primera aventura infantil, descubierta y sofocada, Julio Verne aprendió la lección y no volvió a rebelarse salvo en sus libros, pero de un modo elusivo. A los ocho años ingresó en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de Nantes y viajó a París para seguir la carrera de leyes, cumpliendo con ello los deseos de su padre, el abogado Pierre Verne. En 1848 comenzó a escribir algunos sonetos y textos de teatro, y dos años más tarde aprobó su tesis doctoral de derecho y optó por la carrera de letras. Sus inicios literarios fueron difíciles; sus piezas de teatro no tuvieron una divulgación importante, y recurrió a la docencia para sobrevivir. Desde 1852 hasta 1854 trabajó como secretario en el Théâtre Lyrique, y publicó algunos relatos en Le musée des familles, Martín Paz (1852). En 1857 empezó a viajar; visitó Inglaterra, Escocia, Noruega y Escandinavia, y continuó sus escritos. Verne mantuvo una relación con su padre siempre conflictiva y alcanzada la independencia económica gracias a su matrimonio, jamás volvió a poner los pies en el hogar paterno.
Conoció al editor Hetzel, quien se interesó por sus textos y le publicó Cinco semanas en globo (1863), obra que lo lanzó al éxito y lo estimuló a proseguir con la temática de la novela de aventuras y fantasía. El mismo editor le encargó una colaboración regular para la revista Magazine d’éducation et de récréation, y en poco tiempo alcanzó una gran fama. Aprovechando sus conocimientos geográficos, adquiridos a través de numerosos viajes por Europa, África y América del Norte, y su entusiasmo por la revolución tecnológica e industrial, Verne se convirtió en un especialista de los relatos de viajes y aventuras de corte científico. Se enfrascó en la redacción de Viaje al centro de la Tierra (1864), para lo cual se aplicó a la geología, la mineralogía y la paleontología. Las detalladas descripciones de animales antediluvianos maravillaron a los expertos, poniendo de manifiesto su extraordinaria intuición científica. Su tercer gran libro fue De la Tierra a la Luna (1865), cuya publicación despertó tal entusiasmo por los viajes espaciales que su despacho se inundó de cartas solicitando reservas para el próximo viaje lunar. La novela se ocupaba tan sólo de los preparativos del viaje, y su extraordinaria acogida indujo al autor a completar la historia con su segunda parte, Alrededor de la Luna (1870), que relata el viaje propiamente dicho.
A estas obras iniciales siguieron pronto muchos libros memorables. Las aventuras del capitán Hatteras (1866) narra la desventurada expedición de este tenaz y singular personaje al Polo Norte, en cuyo transcurso encuentra al capitán Altmont, superviviente de una expedición americana con el mismo objetivo. Los hijos del capitán Grant (1868) emprenden un dilatado viaje que los lleva hasta Australia en busca de su padre, cuyo paradero sólo conocen parcialmente por un mensaje suyo hallado en una botella.
Veinte mil leguas de viaje submarino (1870) es, entre su extensísima producción, uno de los libros que conserva más íntegro su encanto. La peripecia se inicia cuando una fragata estadounidense parte en busca de un monstruo marino de extraordinarias proporciones al que se atribuyen múltiples naufragios. El monstruo aparece, se precipita sobre el barco expedicionario y lo echa a pique, llevándose en su espinazo al naturalista Aronnax, a su fiel criado Conseil y al arponero Ned Land. El monstruo resulta ser un enorme submarino, el Nautilus, en el cual los tres hombres pasarán cerca de diez meses hospedados por el enigmático capitán Nemo, artífice del invento. Visitarán los tesoros sumergidos de la Atlántida, lucharán contra caníbales y pulpos gigantes y asistirán a un entierro en un maravilloso cementerio de coral.
Con el mismo interés fueron recibidas novelas como La vuelta al mundo en ochenta días (1873). El protagonista de la historia es Phileas Fogg, un imperturbable aristócrata británico que apuesta con sus compañeros de club que es capaz de dar la vuelta al mundo en ochenta días; el monto de la apuesta asciende a veinte mil libras, la mitad de su fortuna. En compañía de su criado Passepartout, recién incorporado al trabajo, el fabuloso viaje le depara toda clase de aventuras a lo largo del mundo y multitud de obstáculos a los que enfrentarse. Entre ellos se incluye el señor. Fix, un celoso inspector de policía que quiere encarcelarlo por creerle culpable de un gran robo a un banco. También se alejan de la anticipación científica otras obras de gran éxito como Miguel Strogoff (1876) o Un capitán de quince años (1878). El título de Miguel Strogoff es el nombre de su protagonista, un capitán de los correos del Zar: Strogoff recibe el encargo de llevar un importante mensaje a la lejana ciudad de Irkutsk, cuya guarnición está amenazada por una revuelta de hordas tártaras soliviantadas por un tal Iván Ogareff, ex oficial del Zar, que quiere de ese modo vengarse de la degradación que ha sufrido.
Un capitán de quince años (1878) arranca en un puerto de Nueva Zelanda: la señora Weldon se embarca con su hijo Jack en un velero que habrá de llevarla a San Francisco, donde le espera su marido, armador. Durante la travesía, el capitán y toda la tripulación perece en el intento de dar caza a una ballena, y el joven Dick Sand, de quince años de edad, se hace cargo del barco con la ayuda de unos negros a los que habían salvado de un naufragio. Pese a las infernales maquinaciones del cocinero de abordo, Negoro, que hace anclar adrede el velero en un país salvaje con la intención de vender como esclavos a la tripulación y a los pasajeros, el capitán de quince años consigue conducir a su patria a la señora Weldon y a su hijo.
Autor prolífico desde que se instaló en la literatura, es imprescindible reseñar sus destacados libros, como Las tribulaciones de un chino en China (1879), El faro del fin del mundo (1881), Dos años de vacaciones (1888) y Los viajes del capitán Cook (1896), entre muchos otros; su producción novelística supera el medio centenar de títulos que lo convierten en el señor de la aventura y padre de la ciencia ficción.