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William Shakespeare murió el 23 de abril de 1616, reconocido mundialmente como dramaturgo, poeta y actor inglés, se le considera el escritor más importante en lengua inglesa.
Según la Enciclopedia Británica, es generalmente reconocido como el más grande de los escritores de todos los tiempos. La profecía de uno de sus grandes contemporáneos, Ben Jonson se ha cumplido, por tanto: “Shakespeare no pertenece a una sola época sino a la eternidad”». Ningún otro escritor ha tenido nunca tantos recursos lingüísticos como Shakespeare, tan profusos en Trabajos de amor perdidos que tenemos la impresión de que, de una vez por todas, se han alcanzado muchos de los límites del lenguaje. Sin embargo, la mayor originalidad de Shakespeare reside en la representación de personajes. Shakespeare fue poeta y dramaturgo venerado ya en su tiempo, pero su reputación no alcanzó las altísimas cotas actuales hasta el siglo XIX. Los románticos, particularmente, aclamaron su genio, y los victorianos adoraban a Shakespeare. En el siglo XX, sus obras fueron adaptadas y redescubiertas en multitud de ocasiones por todo tipo de movimientos artísticos, intelectuales y de arte dramático. Las comedias y tragedias shakespearianas han sido traducidas a las principales lenguas, y constantemente son objeto de estudios y se representan en diversos contextos culturales y políticos de todo el mundo. Por otra parte, muchas de las citas y aforismos que salpican sus obras han pasado a formar parte del uso cotidiano, tanto en inglés como en otros idiomas. Y en lo personal, con el paso del tiempo, se ha especulado mucho sobre su vida, cuestionando su sexualidad y su filiación religiosa.
Existen muy pocos hechos documentados en la vida de Shakespeare, aunque es probable que naciera el 23 de abril de 1564. Lo que sí se puede afirmar es que fue bautizado en la iglesia de la Santísima Trinidad en Stratford-upon-Avon, Warwickshire, el 26 de abril de ese mismo año y falleció en ese mismo lugar el 23 de abril de 1616, según el calendario juliano (3 de mayo en el gregoriano), el supuesto día en el que cumplió 52 años.
La residencia en Stratford, conocida como el lugar de nacimiento de Shakespeare (aunque es incierto). Se dice que el poeta y dramaturgo habría nacido en la habitación con las ventanas a cuadros. Escudo de Armas de Shakespeare.
William Shakespeare nació en Stratford-upon-Avon, en abril de 1564. Fue el tercero de los ocho hijos que tuvieron John Shakespeare, un próspero comerciante que llegó a alcanzar una destacada posición en el municipio, y Mary Arden, que descendía de una familia de abolengo. William Shakespeare probablemente cursó sus primeros estudios en la escuela primaria local, la Stratford Grammar School, en el centro de su ciudad natal, lo que debió haberle aportado una educación intensiva en gramática y literatura latinas.
El 28 de noviembre de 1582, cuando tenía dieciocho años de edad, Shakespeare contrajo matrimonio con Anne Hathaway, de 26, originaria de Temple Grafton, localidad próxima a Stratford. Tras su matrimonio, apenas hay huellas de William Shakespeare en los registros históricos, hasta que hace su aparición en la escena teatral londinense. El 26 de mayo de 1583, la hija primogénita de la pareja, Susanna, fue bautizada en Statford. Un hijo, Hamnet y otra hija, Judith, nacidos mellizos, fueron asimismo bautizados poco después.
Los últimos años de la década de 1580 son conocidos como los ‘años perdidos’ del dramaturgo, ya que no hay evidencias que permitan conocer dónde estuvo, o por qué razón decidió trasladarse de Stratford a Londres. Según una leyenda que actualmente resulta poco creíble, fue sorprendido cazando ciervos en el parque de sir Thomas Lucy, el juez local, y se vio obligado a huir. Según otra hipótesis, pudo haberse unido a una compañía teatral a su paso por Stratford.
En 1596, con solo once años de edad, murió Hamnet, único hijo varón del escritor, quien fue enterrado en Stratford el 11 de agosto de ese mismo año. Algunos críticos han sostenido que la muerte de su hijo pudo haber inspirado a Shakespeare la composición de Hamlet (hacia 1601), reescritura de una obra más antigua que, por desgracia, no ha sobrevivido. Pronto se convertiría en actor, escritor, y, finalmente, copropietario de una compañía teatral conocida como que recibía su nombre, al igual que otras de la época, de su aristocrático mecenas, el Lord Chambelán. La compañía alcanzaría tal popularidad que, tras la muerte de Isabel I y la subida al trono de Jacobo I, el nuevo monarca la tomaría bajo su protección, pasando a denominarse los Hombres del rey.
En 1604, Shakespeare hizo de casamentero para la hija de su casero. Documentación legal de 1612, cuando el caso fue llevado a juicio, muestra que, en 1604, Shakespeare había sido arrendatario de Christopher Mountjoy, un artesano hugonote del noroeste de Londres. El aprendiz de Mountjoy, Stephen Belott, tenía intenciones de casarse con la hija de su maestro, por lo que el dramaturgo fue elegido como intermediario para ayudar a negociar los detalles de la dote. Gracias a los servicios de Shakespeare, se llevó a efecto el matrimonio, pero ocho años más tarde Belott demandó a su suegro por no hacer entrega de la totalidad de la suma acordada en concepto de dote. El escritor fue convocado a testificar, mas no recordaba el monto que había propuesto.
Existen documentos referentes a asuntos legales y transacciones comerciales que demuestran que en su etapa londinense Shakespeare se enriqueció lo suficiente como para comprar una propiedad y convertirse en el propietario de la segunda casa más grande de Stratford. Shakespeare se retiró a su pueblo natal en 1611, pero se vio metido en diversas peleas, como por ejemplo un litigio respecto al cercado de tierras comunales que, si por un lado fomentaba la existencia de pasto para la cría de ovejas, por otro condenaba a los pobres arrebatándoles su única fuente de subsistencia. Como el escritor tenía cierto interés económico en tales propiedades, para disgusto de algunos tomó una posición neutral que solo aseguraba su propio beneficio. En marzo de 1613 hizo su última adquisición, no en su pueblo, sino en Londres, comprando por 140 libras una casa con corral cerca del teatro de Blackfriars, de cuya suma solo pagó en el acto sesenta libras, pues al día siguiente hipotecó la casa por el resto al vendedor. Por cierto, Shakespeare no inscribió la compra a su solo nombre, sino que asoció los de William Johnson, John Jackson y John Hemynge, este último uno de los actores que promovieron la edición del First folio. El efecto legal de este procedimiento, según escribe el gran biógrafo de Shakespeare, Sidney Lee, «era privar a su mujer, en caso de que sobreviviera, del derecho de percibir sobre esta propiedad el dote de viuda»; pero pocos meses después aconteció un desastre: se incendió el Teatro del Globo, y con él todos los manuscritos del dramaturgo, junto con su comedia Cardenio. El citado S. Lee dice que ningún drama de este título ha llegado hasta nuestros días y que probablemente haya que identificarlo con la pérdida comedia llamada Cardenno o Cardenna, que fue representada dos veces ante la Corte por la compañía de Shakespeare, la primera en febrero de 1613, con ocasión de las fiestas por el matrimonio de la princesa Isabel, y la segunda en 8 de junio, ante el embajador del Duque de Saboya, esto es, pocos días antes de incendiarse el teatro de El Globo.
En las últimas semanas de la vida de Shakespeare, el hombre que iba a casarse con su hija Judith —un tabernero de nombre Thomas Quiney— fue acusado de promiscuidad ante el tribunal eclesiástico local. Una mujer llamada Margaret Wheeler había dado a luz a un niño, y afirmó que Quiney era el padre. Tanto la mujer como su hijo murieron al poco tiempo. Esto afectó, no obstante, a la reputación del futuro yerno del escritor, y Shakespeare revisó su testamento para salvaguardar la herencia de su hija de los problemas legales que Quiney pudiese tener. Shakespeare falleció el 23 de abril de 1616, según el calendario juliano (3 de mayo en el gregoriano). Estuvo casado con Anne hasta su muerte, y le sobrevivieron dos hijas, Susannah y Judith. La primera se casó con el doctor John Hall. Sin embargo, ni los hijos de Susannah ni los de Judith tuvieron descendencia, por lo que no existe en la actualidad ningún descendiente vivo del escritor. Siempre se ha tendido a asociar la muerte de Shakespeare con la bebida —murió, según los comentarios más difundidos, como resultado de una fuerte fiebre, producto de su estado de embriaguez. Al parecer, el dramaturgo se habría reunido para festejar con sus colegas algunas nuevas ideas literarias. Investigaciones recientes llevadas a cabo por científicos alemanes afirman que es muy probable que el escritor inglés padeciera de cáncer.
Los restos de Shakespeare fueron sepultados en el presbiterio de Stratford. El honor de ser enterrado en el presbiterio, cerca del altar mayor de la iglesia, no se debió a su prestigio como dramaturgo, sino a la compra de un diezmo de la iglesia por 440 libras (una suma considerable en la época). El monumento funerario del escritor erigido por su familia sobre la pared cercana a su tumba, lo muestra en actitud de escribir, y cada año, en la conmemoración de su nacimiento, se le coloca en la mano una nueva pluma de ave.