- Clickultura
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Utilice un pequeño reloj de arena y luche contra su contenido arenoso. Póngalo en su escritorio. No se deje intimidar por la ampolla de vidrio. Escriba. Hágalo con los diez dedos golpeando el teclado como si fuera un clavicordio. Recuerde que tiene que hacerlo durante sesenta segundos ininterrumpidos. Antes de empezar a escribir, usted creía tener un buen argumento, ahora se da cuenta de que no tiene nada entre manos, tan solo una soga que puede operar como una ramplona metáfora del cuento que no puede escribir. Agárrela y constate su rugosidad, su temple, y sus extremos; luego, colóquesela alrededor de su cuello y realice un nudo muy firme como si fuera una corbata. No olvide que la soga no es tan larga: mide exactamente un minuto. Obedezca literalmente la siguiente orden: ahórquese sin dramatismos. Si logra que su cuerpo parezca un péndulo oscilante encima de la computadora, habrá realizado una obra de arte. Ahora ya tiene un tema para el cuento de un minuto.