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Vivimos tiempos de locura, sin embargo, no falta quienes lo contradicen replicando que se trata de “orden y normalidad” dentro de lo establecido. ¿Qué es lo normal y lo a-normal, dónde empiezan y terminan los límites que colindan con la frontera de las normas establecidas por la convención social que determina nuestras conductas colectivas e individuales? La obra de danza contemporánea y teatro, A-normal, una producción de Proyecto Agujero Negro, invita a responder estos interrogantes.
El público se enfrenta a una propuesta estética de fluidos movimientos corporales que connotan y simbolizan el cambio de lo habitual, más allá de lo denotativo de una narración formalmente establecida con inicio, nudo y final. La trama sugiere un desenlace de ruptura con aquello que se establece en virtud de precedentes o costumbres, y lo hace a partir de una búsqueda de posibilidades expresivas corporales en un ritual escénico de danza teatro y texto, con apoyo audiovisual de luminotecnia y sonido ad hoc, especialmente elegidos para la obra.
Para el director, Luis Cifuentes, balletista chileno, el mensaje de la puesta en escena “invita al público a cuestionarse, invita a la reflexión y autodefinirse como persona, a pensar qué es lo que hago en la sociedad, qué es lo normal y lo anormal”. Cifuentes estudió en el Teatro Municipal de Santiago de Chile donde fue bailarín de danza, y en el Teatro de las Artes con la balletista Sara Nieto. En Ecuador ha formado parte del Ballet Nacional y de la Compañía Nacional de Danza. Actualmente dirige Proyecto Agujero Negro que pone en escena la obra A-normal, en la que no existen arbitrios puesto que es “una propuesta que tiene una escritura corporal en la que no hay un guión pre escrito, que tiene datos de improvisación, pero hay un esquema, un dibujo espacial, que es claro y que los intérpretes dominan”. No obstante -afirma el director- no existe una garantía de que el público entienda lo que se quiere decir, sin embargo, su percepción de lo que ocurre en el escenario permite al espectador captar lo extraño a lo normal que rompe con lo convencional.
Los actores
A-normal es inicialmente una creación colectiva en la que intervienen Edison Galván, Alejandra Núñez, Ana Lucía Medina, Vladimir Montenegro y T. Lozano, la iluminación está bajo la responsabilidad de Fernando Cruz. La propuesta escénica incluye danza contemporánea y teatro, con un texto contemporizado en relación con la iluminación, expresión corporal y la musicalización. El resultado es una obra que expone al cuerpo para crear a través suyo, estados de emociones y momentos que detonen en el espectador la pregunta: ¿qué es ser normal?
Alejandra Núñez, bailarina ecuatoriana formada en la Escuela Metropolitana de Danza de la CCE, con experiencia en el Ballet Nacional y en la agrupación Teatro Ensayo, se integró a Proyecto Agujero Negro con un rol como bailarina en la obra A-normal: “Es un trabajo colectivo que no identifica roles protagónicos individuales, pero si hay momentos en que un cuerpo lleva un hilo conductor en una suerte de historia, sin ser necesariamente un personaje principal. Mi rol es un cuerpo moviente desde la voz y moviente desde el cuestionamiento que pone en evidencia el no estar adaptada a una sociedad que se inventa a las personas por lo que son”.
A-normal, una propuesta de cuestionamiento que, partiendo de exploración de algunas premisas de movimiento sobre el espacio, se cuestiona qué es lo normal para conseguir una obra que interpela lo convencional. Una alegoría que invita a preguntarnos qué es lo que realmente somos y queremos ser. Escenario Joven, del Teatro Nacional Sucre, presenta la obra este martes 14 y miércoles 15 de mayo, a las 10h00, en el Teatro México en Quito.