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Se cumplen 201 años de la histórica Batalla de Pichincha, acaecida el 24 de mayo de 1822, fecha emblemática para la independencia de la Real Audiencia de Quito en lucha contra el yugo español. Legado liberador que debió conducirnos hacia una libertad política, equidad social y progreso material que no se cristalizó en el devenir histórico en dos siglos de anhelos de emancipación.
El escritor ecuatoriano Felipe Vega de la Cuadra en su novela La libertad que no llega (2022), pone énfasis en un hecho innegable: La literatura no concluye aquello que la historia no hace. “La literatura no contribuye a un mundo mejor, -dice el autor- éste se lo hace en el ámbito de la política y esto hay que tenerlo muy claro. Las decisiones políticas son las que hacen un mundo peor, es en ese campo en donde vivimos las grandes tragedias y las grandes salvaciones humanas”. Sin embargo, determinadas decisiones políticas son silenciadas por una historia oficial, cuando no negadas, y es entonces que la literatura irrumpe con su luz reveladora.
En ese sentido, la novela La Libertad que no llega “no solo es un texto que pone en valor a muchos protagonistas que la narrativa oficial ha desterrado de sus páginas sino que reconstruye los eventos más significativos de los procesos de Independencia de los países Grancolombianos, cubriendo cinco décadas desde la aplicación de las reformas borbónicas en Quito, hacia 1791, hasta los primeros diez años de vida de la República del Ecuador (1839), con una nueva mirada rigurosamente histórica, pero iluminada por la creatividad del escritor que la enriquece hasta construir un novedoso discurso sobre los intentos de libertad por los que pugnaron, ofrendando sus vidas, sufriendo prisión y exilio y perdiendo todas sus posesiones, los próceres ecuatorianos, colombianos, venezolanos que lucharon contra la dominación ibérica en nuestro continente”.
En una autovaloración de su autor, La libertad que no llega, descubre cinco décadas de la historia de este sector del continente, Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela. Es decir, en la novela está todo el proceso de gestación de la Independencia de estos países, en un inicio de siglo que trae una gran cantidad de eventos revolucionarios. Son cincuenta años reales de la historia narrados por un personaje real, que están hilvanados por un novelista que tiene el permiso de hacer coincidir en una cárcel de Cádiz a Francisco de Miranda, a Antonio de Nariño y al protagonista y narrador, el presbítero quiteño Francisco Rodríguez.
La libertad que no llega, es una novela reveladora de una gran cantidad de material histórico, en la vida de grandes hombres y mujeres ecuatorianos quiteños a los que la historia se ha encargado de vilipendiarles y de ocultarles, negándoles una libertad que hasta nuestros días es una asignatura pendiente en nuestros países latinoamericanos.
