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El cine sudamericano, como su economía y su población, es heterogéneo de un país a otro. Hagamos un repaso de la actualidad del séptimo arte de cada país y de sus realizadores.
Tres gigantes tienen la “parte del león” en las salas del mundo. El cine mexicano, el cine argentino y el cine brasilero; luego lo siguen en cantidad de producción y difusión el cine uruguayo, chileno y colombiano. Naturalmente esto tiene que ver con el poder económico de cada país, la ayuda que reciben de los gobiernos respectivos y la capacidad de sus protagonistas a lograr hacerse un nombre y así entrar en los principales mercados en Europa y Estados Unidos. Veamos cada país en detalle.
Por su relación íntima con los Estados Unidos, México tiene una relación privilegiada que se ve favorecida por los contratos con Hollywood así como los acuerdos entre los países. A esto se añade la facilidad de los estadounidenses para ir a producir sus películas en estudios mejicanos y una geografía particular que permite una variedad de tipos fílmicos que van desde westerns a históricos en sus ciudades. México tiene el cuarto puesto en venta de entradas de cine en el mundo (detrás de China, India y Estados Unidos en 2018) y un promedio de 80 películas estrenadas en el mundo por año.
Le sigue Argentina con 60 películas por año vendidas en Europa y USA gracias a la fama de sus realizadores como Pino Solanas, Daniel Burman, Lisandro Alonso, Pablo Trapero, Sergio Renán, Damián Szifrón o el actor y realizador Ricardo Darín. Esta galería de grandes del cine ha abierto los mercados del mundo entero gracias a creaciones como “Las nueve reinas”, “La historia oficial”, “Relatos salvajes”, “El hijo de Elías” , “Carancho”, “Elefante blanco” o “El presidente”, películas que han sido nominadas en Europa y ganadoras de premios. La taquilla del público argentino es también importante y se cuenta en millones de entradas por año en el mercado local.Hay que señalar en el caso argentino el rol que ha jugado el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) en los últimos 30 años con su ley de financiamiento y apoyo a la producción.
El cine brasilero fue creado a fines del siglo XIX. Es un tipo de cine muy influenciado por su mezcla de culturas, por la riqueza de sus paisajes y por el cine de Hollywood. Aunque la población es muy numerosa, las ventas de entradas no cubren los gastos de producción. Aparece a partir de los años 70 el “Cinema novo” con Glauber Rocha, Nelson Pereira dos Santos, Ruy Guerra y Carlos Diegues entre otros que dan un empuje al cine brasilero basándose sobre todo en la literatura brasilera como es el caso de “Capitanes de Arena” o “Doña Flor y sus dos maridos” de Bruno Barreto.
La existencia de la selva amazónica hace que el nombre de documentales sea el más importante de América Latina como Eduardo Coutinho y su “Cabra marcada para morir”. Su aparición en la escena internacional en la década de 2000 llamó la atención especialmente gracias a películas sociológicas como “Ciudad de Dios” de Meirelles y “Central do Brasil” de Walter Salles.
El cine uruguayo cuenta con un público muy fiel que, aunque este influenciado por el cine estadounidense, apoya su cine nacional y privilegia el cine europeo de vanguardia y el cine de autor. Sus directores siguen las escuelas francesa, española y alemana, y sus producciones cinematográficas se inspiran claramente en estas influencias culturales.. Dado que el mercado nacional es pequeño (menos de 3 millones de personas) los productores están obligados a exportarse para poder rentabilizar sus películas. El mercado español es el más propicio a través de los festivales de Saint Sebastián y Barcelona, pero también las muestras de Venecia, Berlín y los múltiples festivales en Francia.
Pocas películas entre las más de mil producidas en estos últimos 10 años han llegado a existir en la escena internacional. Son el caso de “Whisky” de Pablo Rebella, “El baño del papa” de Cesar Charlone, “Polvo nuestro que estás en los cielos” (“Masangeles”) de Beatriz Flores Silva, o “Mal Tiempo para Pescar” de Álvaro Brechner.
El cine en Colombia aparece a principios del siglo XX como industria. Es en realidad a partir de los años 70 que los primeros directores colombianos comienzan a existir en la escena nacional e internacional. En sus inicios el cine se concentra en los documentales y el cine de animación; luego aparecen festivales de cine internacional en Bogotá y Cartagena que son plataformas para lanzar las realizaciones nacionales. Poco a poco, a partir del 2000 el cine colombiano aparece en Cannes, Berlín y Rotterdam con películas tales como “María, llena de gracia” de Sandrine Moreno, “Paraíso Travel” de Simón Brand, “La barra” de Oscar Navia o “Los Hongos” del mismo autor.
Como símbolo de películas que cuentan la difícil historia reciente del país para no ser el sujeto estereotipado del cine estadounidense hay que mencionar “El olvido que seremos”, película que relata la vid del doctor y activista de derechos humanos Héctor Abad Gómez, quien fue asesinado por grupos paramilitares en Medellín en 1987; la película está basada en el libro de su hijo, Héctor Abad Faciolince.
Pasemos ahora al cine peruano, conocido en Francia pues hay un festival cada año en abril desde hace 13 anos. El cine peruano nace particularmente en los años 50 gracias a los cines clubs que se crean en todas las ciudades a bajos costos. Como México, Perú es un país con una historia que invita a realizadores y productores a ir a filmar, provocando una fuente de ingresos para el gobierno que lo vuelca en parte en la industria cinematográfica. Sin embargo, su taquilla es baja en proporción a la población haciendo que el número de sus directores con medios de poder pagar los costos de producciones sea limitado.
Podremos destacar directores como Francisco Lombardi “En la boca del lobo” y “Caídos del cielo” así que una adaptación de la obra de Vargas Llosa, “La ciudad y los perros”, “Fausta, la teta asustada” de Claudia Llosa, ganadora de varios premios en Europa, “La muralla verde” de Armando Robles y “Contracorrientes” de Javier León.
En el próximo artículo, continuaremos nuestra vuelta al mundo cinematográfico visitando a Chile, Bolivia, Ecuador y Venezuela.
TOMADO DE: https://elcafelatino.org/es/peliculas-historia-cine-latino/