Breve informe sobre el término “luthier”

El término lutier presta a confusión incluso para los más adentrados en el mundo de la música. ¿A qué hace referencia exactamente? ¿Siempre ha significado lo mismo? El gran musicólogo Ramón Andrés (http://www.ramonandres.es) nos explica la apasionante evolución de su uso a lo largo de la historia.

La palabra «luthier» ha adquirido desde mediados del siglo XIX un sentido genérico -en las más diversas lenguas- para designar al artesano dedicado a la construcción de instrumentos. Se trata de un vocablo de implantación internacional, del que ha derivado la forma «luthería» [«lutherie»] para referirse a dicho oficio artesanal. Su origen se encuentra en el francés «luthier», usado ya durante la Edad Media para señalar al constructor de laúdes. Dado que la palabra y su grafía «luth» -con distintas variables- ya era de uso corriente en la Francia de los siglos XIV y XV, ésta se aplicó por extensión a partir del Renacimiento a todo constructor de instrumentos musicales, independientemente de su naturaleza.

Más tarde, en el Dictionnaire de Musique de Antoine Furetière, publicado en París en 1690, se lee con la grafía «Luthier»: “Artisan qui fait & qui vend les instruments de Musique, come luths, violons, guitarres, & c. On les appelle aussi faiseurs d’instruments“. L’encyclopédie (1751-1756) de Diderot y D’Alembert utiliza la palabra «luthier» como la única aceptada para nombrar el oficio de artesano constructor. A partir de este momento se producirá su formal penetración en las demás lenguas, aunque con el tiempo se ceñirá sobre todo al cometido de constructor de instrumentos de la familia del violín y de la viola de gamba.

En castellano el nombre equivalente al de «luthier» era el de «violero», aplicado también a los fabricantes de guitarras y a los de cualquier tipo de instrumentos de arco. Sin embargo, la voz castellana «violero», aplicado también a los fabricantes de guitarras y a los de cualquier tipo de instrumento de arco. Sin embargo, la voz castellana «violero» cayó en desuso durante el decurso del siglo XIX para, más modernamente, admitirse la implantación del término «luthier». Es de señalar que sólo dos términos quedaron fijados para los maestros constructores, es decir, los de órganos (organeros) y los de guitarras (guitarreros, menos usual). Violero es un arcaísmo que sin embargo todavía recoge la Real Academia Española, sin apenas variación -en cuanto a su contenido- con respecto a la definición ofrecida en sus ediciones del siglo XIX. Un caso similar sucede en el Diccionario de uso del español de María Moliner (Madrid, 1984). Sin embargo, en el Diccionario de usos y dudas del español actual (1998), obra de José Martínez de Sousa, se indica lo siguiente: «Luthier (fr.) Galicismo músico por violero, “fabricante de instrumentos musicales de cuerda”. Los músicos no suelen emplear la forma española» (p.363).

En catalán se dio esa misma evolución, y corrientemente en el siglo XIX las voces «violer» y «guitarrer» fueron las más empleadas, aunque el Diccionari General de la Llengua Catalana de Pompeu Fabra no registre todavía el primero (violer). En un documento del Archivo de la Casa Real Catalano-Aragonesa de 1378, el infante Joan señala que «volem e us manam que digats a Ponç que fa los lahuts, que ab consell e acort del dit nos faça una arpa doble» (Rubió II nº.208). El mismo noble, que sería el futuro Joan I, encargará diversas arpas a P. Palau, «magistro harporum Avinonem» (1386) (reg. 1675 fol. 14), pero al efectuar otro encargo y referirse a diversos instrumentos de variada naturaleza, Joan el Music señalaba en un documento fechado en 1374 que «Si en fluvia te arpa alcuna o quantas ne tingua, trametets nos aquelles ab quatre altres que façats fer a Ponç e II llauts», dando a entender que este último maestro está dedicado a la construcción de diversos tipos instrumentales, aun cuando aparezca en la documentación de la cancillería como un artesano “qui fa los lahuts” (reg. 1742 fol. 140v).

Asimismo «luthier» coexiste junto a la voz alemana «Lautenmacher» -por ejemplo, en W. L. Lüttgendorf, Geigen-Lautenmacher (Francfort, 1922)- cuya traducción literal es “constructor de laúdes”. Esa misma traslación y correspondencia se encuentra en el italiano «liutaio». El inglés fue la primera lengua que absorbió el término, y en la que «maker» convive con la forma francesa. Hoy es la palabra plenamente aceptada y la más común en los medios profesionales de la música. Así, en The Grove. Dictionary of Music & Musicians (Londres, 1980) esta voz aparece normalizada, al igual que en The New Oxford companion to Music (Oxford-Nueva York, 1983) y en The Harvard Dictionary of Music (Harvard, 1986), en correspondencia con las obras de S. M. Nelson, The Violin and Viola (1972) y de R. Vannes, Dictionnarie universel del luthiers (París, 1981)

Curiosidad

En 2004, el Gremio de Luthiers i Arqueros de España, entonces presidido por Xavier Vidal i Roca, formalizó una petición al Centre de Terminologia de Catalunya (TERMCAT) con el fin de que se normalizara la definición con la palabra LUTHIER. Petición que fue denegada a favor del término LUTIER.

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