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El Anticristo es una obra que trata de desmontar la religión cristiana desde el análisis de su historia, sus documentos y sus hechos más notorios. En dicho análisis, Nietzsche demuestra que la religión que entendemos como «cristianismo» no pertenece a Jesucristo, sino que es una invención de sus mal nombrados «evangelistas». Esta invención invierte incluso los valores de Cristo para retornar a la moral judía, más concretamente a la moral sacerdotal judía. Ciertamente, y como va describiendo a lo largo de la obra, la palabra de Cristo vino para detener la rueda de los pecados y abrir el camino al perdón, incluso de los más «despreciables». El reino de los cielos ya no es con Cristo una recompensa ultramundana, sino que habita en cada uno de los individuos: el reino de los cielos es la acción moral de cada cual que hace posible el amor entre los individuos. Sin embargo, lo que conocemos como «cristianismo» nunca predicó eso, sino algo muy distinto, a saber, que el reino de los cielos es una recompensa ultramundana que se da a través de las acciones propias del bien; es decir, de las acciones propias encomendadas por el sacerdote. Seguir la voluntad del sacerdote es la llave que abre la puerta del reino de los cielos.
Si el sufrimiento y la muerte son la tragedia de la vida, la inmortalidad deviene la recompensa que ofrece el reino de los cielos, el reino creado y prometido por el sacerdote. Dicha recompensa, sin embargo, hace despreciar la vida terrenal; es decir, despreciar la propia voluntad para seguir la del sacerdote. A fin de cuentas, lo que acaba demostrando Nietzsche es que el cristianismo, más allá de acercarse a la doctrina del amor entre todos los individuos, es más bien la doctrina de Pablo de Tarso. Este sacerdote desangelista tuvo como objetivo desarrollar su voluntad de poder, la cual consistía en llevar a cabo el poder sacerdotal, su poder sacerdotal, su voluntad de poder entre todos los seres humanos. De ahí que Nietzsche nos advierta que «uno hace bien en ponerse los guantes cuando lee el Nuevo Testamento». A pesar de ser un libro escueto, a través de El Anticristo podemos apreciar las tres ideas principales de la filosofía de Nietzsche: la voluntad de poder, la doctrina del eterno retorno y el superhombre.
(Extracto de: revista.reflexionesmarginales.com)