Allan Coronel y su incorregible estilo de vida

“Desde su niñez fue un ser humano inquieto y un lector empedernido, a través de su adolescencia y durante su adultez y madurez, gustó del escribir como estilo de vida”, señaló Vicente Robalino en la reseña personal que presentó en el homenaje póstumo a Allan Coronel, que tuvo lugar ayer sábado en Casa Égüez Centro Cultural.

Precisamente, sería ese estilo de vida que lo entronizó en la literatura como un autor que se declaró “bebedor, mujeriego, (semiretirado), y rebelde iconoclasta y descreído (siempre lo fue); un ser humano solitario por naturaleza”.

Allan Coronel había nacido en Quito en abril de 1963, “de niño gustó sentarse en las resbaladeras y en los columpios, manteniéndose estático, e imaginando el juego y el movimiento. Sus sueños fueron ser astronauta, actor, director de cine, escritor y publicista, únicamente logró ser astronauta (desde su columpio fijo), las demás cosas -como él lo decía- las logró solamente a medias”, menciona Robalino.

Ya de adolescente, A los 18 años formó parte del histórico taller de Literatura de la Casa de la Cultura ecuatoriana, bajo la dirección del escritor y maestro Miguel Donoso Pareja. Ahí, a sus 22 años, publicó su primer libro, Alza la vista que no te veo los ojos, relatos escritos desde los 17; libro que tuvo su reedición en el 2022.

Su pasión por el arte lo lleva a formar parte del equipo gestor del nacimiento y creación del proyecto “SINAMUNE” desde 1992, junto a quien luego sería su amada esposa, Ada Palacios Mendieta. Trabajo 30 años en la Fundación Edgar Palacios “SINAMUNE”, con jóvenes con distintas discapacidades (Ecuador), donde realizó la cobertura de todas sus actividades y producciones de forma permanente: documentales, videos, conciertos y giras, memoria histórica y fotográfica de esas tres décadas, lo cual ha sido un legado invaluable.

Preparó varias obras en relato y novela. Como cineasta, estudió y se gradúo en la Escuela Internacional de cine de Cuba EICTV, donde se especializó como guionista de cine, televisión y video, participó también en la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Ha realizado varios documentales en corto y largometraje y ha escrito varios guiones argumentales aún inéditos. Fue catedrático universitario por alrededor de 20 años en algunas de las más prestigiosas universidades ecuatorianas. Convocó en el 2015 a un grupo de escritores, a formar el Grupo y Taller Literario “Los Incorregibles, consideraba que ésta fue, quizás su mejor iniciativa en décadas. En el 2022 pública Lapsus at eternum, poesía en la colección Flor de Ángel, del Ángel Editor. También en el 2022, publica su libro de cuentos reunidos Un poco para no morir con la Editorial Fundación Cultural Edgar Palacios. Para no morir, Coronel deja una obra rica en vivencias, hecha con la pasión de su incorregible estilo de vida.  

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