- Clickultura
- BLOG
- 0 Comments
- 237 Views
Madre Coraje y sus hijos es una pieza teatral fundamental en el teatro de Bertolt Brecht. Habiendo huido de la Alemania nazi en 1933, Brecht escribió la obra en cinco semanas durante su exilio en la isla de Lindingo en Suecia en 1939, previo a su escape a Finlandia y Estados Unidos vía Rusia. Estrenada en Zúrich en 1941, Brecht la revisó, produjo y dirigió en 1949 para el Berliner Ensemble.
El personaje central está extraído de una novela picaresca de Grimmelshausen, del siglo XVII: La pícara Coraje. El drama se sitúa durante la Guerra de los treinta años donde Anna Fierling (Madre Coraje) es una astuta vendedora ambulante que para sobrevivir sortea hábilmente las diferencias entre católicos y protestantes siguiendo con su carromato al ejército sueco, sacando partido de la guerra y del dolor humano. Obtiene beneficios pero el precio que ha de pagar son sus tres hijos: Eilif, Schweizerkas y Catalina. Al final los tres mueren acribillados y madre coraje queda sola a pesar de que la guerra aún no había terminando.
Pieza fundamental del teatro épico del autor, utiliza el Verfremdungseffekt (efecto de distanciamiento) para evitar la catarsis y permitir al público el entendimiento del proceder del personaje y las consecuencias de la guerra.
Según Brecht, el personaje de la madre es un símbolo de la alianza entre la guerra y el comercio en donde la codicia lleva a pérdidas irreparables. La audiencia debe reaccionar indignada ante la inutilidad de la guerra y no compadecerse emocionalmente de Madre Coraje. Mientras enseña que el valor de la perseverancia no siempre es útil.
La cantinera Ana Fierling no quiere que termine la guerra, pues de ella depende el sostenimiento de su pequeño comercio. La guerra, ese gran negocio, que con su aciaga factura de muerte y destrucción se va cobrando la vida de sus hijos, no parece despertar a Madre Coraje de su propia alienación. ¿O tal vez no sea así? Acaso cuando al final, reemprende su marcha arrastrando su carro en soledad, lo haga desde una conciencia alentada por esa “rabia de mecha larga” que ella misma preconiza en un momento de la obra. La riqueza del personaje estriba en la encrucijada de contradicciones en que se desenvuelve… Sea como sea, el dramaturgo, maestro de la paradoja y la ironía, transfiere la agnición de la heroína al patio de butacas: el público contempla la ceguera de Madre Coraje e, inevitablemente, extrae sus propias consideraciones al respecto, participando así, tanto de la propuesta artística, como de la consiguiente conversación pública que ésta propicia.
TOMADO DE:
https://revistagodot.com/cartelera-teatro-madrid/madre-coraje-y-sus-hijos/