Mary Shelley, una vida de creatividad y desafíos 

Hoy, 30 de agosto, se cumplen 226 años del nacimiento de Mary Shelley, una de las figuras icónicas del mundo literario. Autora del clásico Frankenstein o el moderno Prometeo, su vida estuvo marcada por la tragedia y la creatividad.

Nacida como Mary Wollstonecraft Godwin el 30 de agosto de 1797, en Londres, Mary Shelley emergió de un entorno intelectual y revolucionario. Era hija de Mary Wollstonecraft, filósofa y defensora de los derechos de las mujeres, y William Godwin, un filósofo político radical. Sin embargo, su vida temprana estuvo marcada por la tragedia cuando su madre falleció poco después de su nacimiento.

La vida de Mary tomó un giro trascendental cuando conoció a Percy Bysshe Shelley, un poeta romántico y discípulo de su padre. Su relación amorosa y posterior matrimonio desafiaron las normas sociales de la época y estuvieron acompañados por viajes tumultuosos y cambios de ubicación debido a las deudas y búsqueda de inspiración literaria.

Fue durante un verano lluvioso en Suiza en 1816 que Mary Shelley dio a luz a su obra maestra, Frankenstein o el moderno Prometeo. En una competencia literaria amistosa con Percy Shelley y Lord Byron, Mary concibió la idea de un científico que desafía los límites de la vida y la muerte. La novela, publicada anónimamente en 1818, capturó la imaginación del público al explorar temas de ambición desmedida, consecuencias no deseadas y la búsqueda de identidad.

La trama de Frankenstein no solo ha sido adaptada en innumerables formas en el cine, el teatro y la cultura popular, sino que también ha influido en generaciones de autores de ciencia ficción. La obra resuena con la dicotomía entre la búsqueda del conocimiento y las responsabilidades éticas que conlleva, una cuestión que sigue siendo relevante en la era de los avances científicos y tecnológicos.

Mary Shelly viajó a Inglaterra junto a su hijo Percy Florence, para continuar con sus escritos. Escribió la novela futurista El Ultimo hombre (1826), la novela histórica Valperga (1823), La muchacha invisible (1832) o Mathilda, un relato incestuoso escrito en 1819 pero que fue publicada en 1959. Shelly murió a los 53 años de edad debido a un tumor cerebral, el 01 de febrero de 1851.

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