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Cincuentenario del crimen de Víctor Jara
Víctor Lidio Jara Martínez nació en la Provincia de Ñuble, Chile, el 28 de septiembre de 1932 y falleció en Santiago de Chile el 16 de septiembre de 1973. Jara fue un músico, cantautor, profesor, escritor, y director de teatro chileno. La figura de Víctor Jara es un referente internacional de la canción de protesta, aunque él nunca se sintió del todo identificado con esa definición. Fue uno de los más emblemáticos del movimiento músico-social llamado «Nueva canción chilena», y uno de los pilares en la música latinoamericana.
Tras el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, Jara fue detenido el día siguiente por las Fuerzas Armadas de la dictadura militar recién establecida, debido a su militancia en el Partido Comunista de Chile. Fue torturado y brutalmente golpeado, le quebraron las costillas a patadas y fracturaron sus manos a culatazos. Según relatan testigos, mientras le propinaban insultos y en medio de la brutal golpiza, sus verdugos se burlaban de él pidiéndole que tocase ahora su guitarra. Tras cuatro días, fue asesinado con más de cuarenta disparos, en el antiguo Estadio Chile, que con el retorno de la democracia fue renombrado Estadio Víctor Jara.
El cantautor chileno nació en el seno de una familia de padres campesinos, caracterizada por un arraigado folclore. Su padre, Manuel Jara, se dedicaba a las tareas del campo, y su madre, Amanda Martínez, originaria del sur de Chile, además de dedicarse a las labores domésticas, tocaba la guitarra y cantaba. Víctor tenía cuatro hermanos: María, Georgina (Coca), Eduardo (Lalo) y Roberto.
Después de cumplir el servicio militar, ingresó en el coro de la Universidad de Chile, en el que participó en el montaje de Carmina Burana, comenzando así su trabajo de investigación y recopilación folclórica. Con 24 años de edad se unió a la Compañía de Mimos de Noiswander, e inició los estudios de actuación y dirección en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile.
En 1957, ingresó en el conjunto folclórico Cuncumén y conoció a la cantautora Violeta Parra, quien lo animó a continuar su carrera musical.
Con 27 años, en 1959 dirigió su primera obra de teatro: Parecido a la felicidad, de Alejandro Sieveking, e hizo giras por varios países latinoamericanos. Como solista del grupo Cuncumen, grabó su primer disco, un sencillo que contenía dos villancicos chilenos. Al año siguiente, participó como asistente de dirección en el montaje de la obra teatral La viuda de Apablaza, de Germán Luco Cruchaga, cuyo director era Pedro de la Barra, y dirigió la obra La mandrágora, de Maquiavelo. En 1961, viajó como director artístico de Cuncumén por Países Bajos, Francia, Unión Soviética, Checoslovaquia, Polonia, Rumania y Bulgaria.
En 1961 compuso su primera canción, Paloma quiero contarte, y continuó trabajando como asistente de dirección en el montaje de La madre de los conejos, de Alejandro Sieveking. Al año siguiente, en 1962, dirigiría para el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH) la obra Ánimas de día claro, también de Sieveking.
Compaginó su actividad teatral con la composición musical, y en 1965 dirigió La remolienda, de Sieveking, así como el montaje de La maña, de Ann Jellicoe, por las que recibió el Laurel de Oro y el Premio de la Crítica del Círculo de Periodistas.
Ejerció como director artístico del grupo Quilapayún entre 1966 y 1969, y hasta 1970 actuó como solista en la Peña de los Parra. Sin abandonar el teatro, en 1966 grabó su primer LP como solista, Víctor Jara, editado por la empresa discográfica Arena. Con la filial chilena de Emi-Odeón grabó el año siguiente Canciones folclóricas de América, junto con Quilapayún.
En 1969, llevó a cabo el montaje de Antígona, de Sófocles, para la compañía de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Con la canción Plegaria a un labrador ganó el primer premio en el primer festival de la Nueva Canción Chilena, y viajó a Helsinki para participar en un acto mundial en protesta por la guerra de Vietnam. Además, grabó el álbum Pongo en tus manos abiertas.
Al asumir Salvador Allende como presidente de Chile, Jara fue nombrado embajador cultural, y en 1971 compuso la música, junto con Celso Garrido Lecca, para el ballet Los siete estados, de Patricio Bunster que se puso en el Ballet Nacional (Banch). Junto con Isabel Parra e Inti-Illimani entró en el Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado. Con la discográfica Dicap, editó el disco El derecho de vivir en paz, que le valió el Laurel de Oro a la mejor composición del año.
Trabajó como compositor de música para continuidad en la Televisión Nacional de Chile de 1972 a 1973, e investigó y recopiló testimonios en Herminda de la Victoria, en los cuales basaría su disco La población. También viajó a la Unión Soviética y a Cuba, y dirigió el homenaje a Pablo Neruda por la obtención del Premio Nobel.
El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, encabezado por una junta militar contra el presidente Salvador Allende, lo sorprendió en la Universidad Técnica del Estado, donde fue detenido junto a otros profesores y alumnos. Lo llevaron al Estadio Chile, convertido en campo de concentración por los militares (actual Estadio Víctor Jara, lugar en el que hay una placa en su honor con su último poema), donde permaneció cuatro días. Lo torturaron durante horas, le fracturaron las manos a culatazos, lo sometieron a simulacros de fusilamiento y lo mantuvieron aislado sin alimentos. El 16 de septiembre lo acribillaron y su cuerpo fue encontrado el día 19 por vecinos de la Población Santa Olga, en las cercanías del Cementerio Metropolitano, con 44 impactos de bala, junto a los del cantautor chileno también estaban los de Littré Quiroga, director de Gendarmería, y Eduardo «Coco» Paredes, director de la Policía de Investigaciones.