Fallecimiento de Italo Calvino

Italo Calvino dejó de existir el 19 de septiembre de 1985 y dejó una obra como periodista y escritor italiano, principalmente de cuentos y novelas. Entre sus obras más conocidas se incluyen la trilogía Nuestros antepasados (1952–1959), la colección de cuentos de Las Cosmicómicas (1965) y las novelas Ciudades invisibles (1972) y Si una noche de invierno un viajero (1979).

Calvino durante su infancia recibió una educación laica y antifascista, de acuerdo con la actitud de sus padres, que se proclamaban librepensadores. En 1943, fue llamado al servicio militar por la República Social Italiana. Desertó y se unió a las Brigadas Partisana Garibaldi, junto con su hermano, mientras sus padres fueron retenidos como rehenes por los alemanes.

Una vez acabada la guerra se mudó a Turín donde colaboró en unos cuantos periódicos; se matriculó en Letras y se afilió al Partido Comunista Italiano (PCI). El ambiente de la editorial fue fundamental en la formación cultural de Calvino. Ya en 1947 publicó su primera novela: Il sentiero dei nidi di ragno, basada en sus experiencias como partisano. Y en 1949, un volumen de cuentos: Último viene il corvo.   

En 1952, siguiendo el consejo de Vittorini, abandonó la literatura realístico-social y picaresca para dedicarse a una especie de narración fantástica pero que podía ser leída en diferentes niveles interpretativos. Se trata de la trilogía llamada I nostri antenati (Nuestros antepasados), una representación alegórica del hombre contemporáneo.

En 1963 publicó La giornata d’uno scrutatore, libro que, de alguna manera, apareció fuera de lugar y a destiempo. Mientras el llamado Gruppo 63 proponía textos rupturistas, Calvino publicó un texto que era todo lo contrario a los ideales neo-vanguardistas del citado grupo: una novela sociológica, psicológica e ideológica. Aquel año publicó Marcovaldo, ovvero le stagioni in città, recopilación de fábulas modernas en las cuales se evidencia el contraste entre naturaleza y progreso.

Calvino siempre se había sentido atraído por la literatura popular, especialmente por el mundo de las fabulas. Con Il visconte dimezzato va un poco más allá en su camino de la invención fantástica. Ahora se instala completamente dentro del campo de la fábula y de la fabulación. Si eso permite una primera lectura en cierta manera superficial, pero agradable, la novela tiene, además, otra lectura más alegórica y simbólica: ésta cargada de significados históricos y políticos, públicos y privados. Aparte de la producción alegórica y simbólica, Calvino también produce una narrativa que tiene como objeto, a pesar de mantener la contaminación proveniente del mundo de lo fabuloso y a menudo del absurdo, la realidad contemporánea al autor.

Aparte de la trilogía también pertenecen a este periodo dos libros más: Marcovaldo y La giornata d’uno scrutatore. Después vendrá Sfida al labirinto (dell’esistenza), donde Calvino toma posición en el debate sobre el lugar a ocupar por el intelectual que, según él, ha de individuar los modelos teóricos éticos y cognoscitivos que nos puedan permitir entender, aunque sea de manera parcial, el caos de la realidad y dar así un sentido a nuestra existencia.

Sin embargo, dos libros, en los que se aprecia el influjo de diferentes ciencias, Le cosmicomiche y Tiempo cero abrirán una nueva fase de ciencia ficción. En verdad, no obstante, no nos encontramos delante de libros de ciencia ficción. Lo que Calvino hace es reflejar una peculiar proyección de su análisis humano y social.  

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