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Un día como hoy falleció, en 1536, Garcilaso de la Vega, poeta y militar español del Siglo de Oro. Su obra literaria se destaca por el legado de sus sonetos. Siguiendo las corrientes humanistas en boga, Garcilaso el Inca inició un ambicioso y original proyecto historiográfico centrado en el pasado americano, y en especial en el del Perú. Considerado como el padre de las letras del continente dio a conocer en Lisboa su Historia de la Florida y jornada que a ella hizo el gobernador Hernando de Soto, título que quedó sintetizado en La Florida del Inca. El título más célebre de Garcilaso el Inca, sin embargo, fueron los Comentarios reales. La primera parte de esta obra se publicó en la ciudad de Lisboa en 1609 y la segunda, que llevó el título puesto por los editores de Historia general del Perú, fue editada póstumamente en Córdoba (1617). Los Comentarios del Inca son una mezcla de autobiografía, reivindicación de su glorioso linaje e intento de dar una visión histórica del Imperio Incaico, cuya conquista por parte de los españoles había sido uno de los hitos del proceso colonizador que siguió al descubrimiento de América.
Artísticamente, el Inca Garcilaso de la Vega combinó hábilmente recursos de la epopeya, la utopía (género platónico de gran cultivo entre humanistas) y la tragedia. Epopeya y utopía se ligan y refuerzan hasta la mitad de La Florida y los Comentarios, anunciándose entonces la tragedia que termina precipitándose conforme se acerca el final de ambas crónicas. A pesar de esos finales desastrados, Garcilaso mira esperanzado el futuro, como claramente se manifiesta en la dedicatoria de la segunda parte de los Comentarios.
Escritos a partir de sus propios recuerdos de infancia y juventud, de contactos epistolares y visitas a personajes destacados del virreinato del Perú, los Comentarios Reales constituyen, pese a los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más logrados, tanto conceptual como estilísticamente, de salvaguardar la memoria de las tradiciones de la civilización andina. Por esta razón es considerada su obra maestra y se la ha reconocido como el punto de partida de la literatura hispanoamericana.