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Homero Manzi, escritor, periodista y director de cine argentino, nace en 1907. Fue un autor de varios tangos y milongas, entre ellos Malena. En él se inspiró Almudena Grandes para su novela Malena es un nombre de tango. Manzi encarna la poesía en la letra del tango. Fue un poeta que no publicó ningún libro de poesías. El medio de su poética fue siempre la canción, desde los motivos camperos hasta la música urbana, en la que alcanzó su mayor realización. No utilizó el lunfardo para expresarse, pese al compromiso popular de su obra literaria, sus letras no ofrecen crónicas de la realidad social ni imparten consignas morales. Sus versos suelen estar llenos de nostalgia, como el tango mismo. A través de ellos, Manzi arroja una mirada plena de ternura y compasión hacia los seres y las cosas.
El vals ¿Por qué no me besas?, de 1921, fue su primera y olvidada pieza, con música de Francisco Caso, nacería así uno de los más lúcidos binomios autorales del tango. La prematura muerte del poeta, abatido por un cáncer, fue llorada por Troilo con Responso, un tango instrumental. Este mismo músico genial y un Manzi agonizante habían rendido tributo a otro letrista fundamental, Enrique Santos Discépolo, con otro tango antológico Discepolín
Un aporte decisivo de Manzi a la música rioplatense fue el remozamiento y la jerarquización de la milonga, género que convive con el tango como un testimonio de sus orígenes.
Otra vertiente particular en la obra de Manzi fue su mimetización con la fiebre romántica que contrajo el tango en los años ’40, tendencia a la que legó piezas de extraordinario valor, como Fruta Amar, Torrente, Después, y Fuimos que cautivó al público y a los intérpretes, quedando instalado como un paradigma del tango elaborado y estéticamente ambicioso.
A sus 44 años que vivió Manzi le alcanzaron también para ejercer el periodismo y la cátedra, para incursionar profusamente en el cine y para una intensa y azarosa militancia gremial y política, que concluyó con su adhesión al peronismo. La letra de tango fue, sin embargo, su verdadero elemento, y es hoy la que lo mantiene vivo.