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Por Leonardo Parrini
La Cámara Ecuatoriana del Libro (CEL) es, sin duda, uno de los puentes que nos invita a cruzar la distancia existente entre la cotidiana rutina y la alegría que produce leer un libro. Con el propósito de dilucidar temas esenciales para el fomento del libro y su destino en el acto de leer, así como la visión de la institución en torno al mercado editorial, conversamos con el presidente de la CEL, Fabián Luzuriaga, con quien revisamos el estado de salud del ecosistema del libro, la urgencia de contar con un Plan de Lectura en el país, el fomento del sector editorial en la Ley de Cultura, el rol del sector privado en concomitancia con la necesidad de claras políticas públicas relacionadas al fomento del libro y la lectura.
Luzuriaga señaló que “desde el punto de vista editorial de cuánto estamos publicando, puedo decir que desde la pandemia y post pandemia nos estamos recuperando, pudiendo alcanzar las cifras que teníamos en el 2019, pero eso no quiere decir que estemos vendiendo más o que el ecosistema del libro goce de una perfecta salud”.
¿Cuál es la actual situación del sector editorial en el país?
El panorama del libro en el Ecuador está complicado, porque no tenemos una Ley del libro, toda la legislación que se maneja alrededor de la industria editorial no nos favorece en absoluto, por el hecho de que el tema de piratería nos golpea fuertemente, no hay un incentivo por parte del Estado como para que gente lea más. Se habla de un plan de lectura que viene de 30 años atrás pero que nunca se ha logrado concretar. Tenemos problemas en el tema de impuestos, no que el libro pague impuestos, pero todo lo que es insumos de producción están grabados, es algo complicado. Cómo se puede solucionar y tratar de que esto funcione de una manera diferente, justamente para que todos los que estamos involucrados en este ecosistema podamos impulsar y promover y poner sobre la mesa a las autoridades de turno todos estos problemas.
¿Qué desafíos enfrenta el ecosistema del libro en el país?
Creo que como industria tenemos el tema de la Ley, habría que hacer que el nuevo gobierno en un año y medio tenga tiempo para pensar en el tema. En su propuesta toca superficialmente el tema de la cultura. La seguridad también incide en el negocio editorial porque una librería tiene que cerrar las puertas a las cuatro de la tarde por la inseguridad que afecta como a todo negocio. En el tema de cultura, debe haber una buena ley porque si no el Plan Nacional de Lectura tampoco va a funcionar.
¿Por qué son caros los libros en Ecuador?
Los libros, ya no están en los precios de antes cuando se conseguía un libro de bolsillo en nueve dólares, ahora se ha duplicado el precio. Los autores se mudan de casa, lo que hace Planeta que está fuera del país, publica libros ecuatorianos en el exterior y hay que importarlos y eso incide en el costo y, la verdad, incide en quién importa porque hay librerías que no les interesa tener a los autores nacionales.
¿Cómo podría la Ley del libro reflejar los intereses del sector?
La ley del libro tiene que abarcar muchos puntos: propiedad intelectual, derechos de autor, impuestos para los insumos, promover el tema de inversión en librerías con incentivos, si se tuviera aquí a Planeta entre otros grandes, la industria se vería de manera diferente; hablar sobre las funciones que tienen cada institución y como se puede hacer algo entre el sector público y privado. De hecho, la Ley está, pero no tiene aplicación alguna.
¿Qué está pasando con las ferias de Libro, cómo avanza aquella que la CEL organiza en El Recreo?
En el tema de ferias de libro la propuesta nuestra es realizar pequeñas ferias del libro y comenzamos con una en el Paseo San Francisco, la siguiente es el C.C. El Recreo, y la idea es tratar de que la gente se involucre y tenga un acercamiento al libro, que sea algo más liviano y no esperar siempre a un gran evento. Si la gente no va a la feria, que la feria vaya a la gente, básicamente sería eso.
Esperamos que el sector privado esté dispuesto a no cobrar tanto por un espacio. La próxima feria de El Recreo avanza bien, la CEL lo que hace es cobrar por la mesa, el mantel y la rotulación y habrá un espacio para 15 expositores.
¿Para qué sirve una feria para exponer, vender o hacer contactos de negocios?
Tenemos dos grandes ferias que son la de Colombia y la de México en que hemos estado presente en los últimos años con lo que Ecuador produce. En las ferias nacionales la dinámica es tratar de que haya un intercambio entre los que producen libros y los que les gusta la lectura, es un lugar de encuentro. Si se puede vender, qué mejor para mermar la piratería en el país. No hay una estadística que nos permita dimensionar el tamaño del mercado pirata. Si usted se pone una librería tiene que pagar patente municipal por el uso del suelo, luego a los empleados, arriendo, luz y los impuestos en el SRI es un peso para quienes están en el mercado formal a diferencia del pirata.
¿Cómo incide la tecnología, el libro digital reemplazará en el futuro al libro impreso?
Hemos dejado algo suelto como es el tema de la tecnología que ha golpeado al sector. Tenemos que saber si la gente lee en digital o impreso. Yo sostengo que leemos más de 1,5 libros al año por persona en el país, pero no hay estadísticas del volumen del mercado digital. El libro impreso siempre va a existir, pero cada vez crece más el audiolibro. No sabemos cuántos libros se importan al año, o cuánto se produce en el país.
¿Podemos ver con optimismo, sin embargo, el futuro del sector?
Creo que sí, si hacemos la tarea de manera adecuada y nos planteamos objetivos claros de mediano y largo plazo, podríamos pensar que se ve una luz al final del túnel. Porque hemos estado así siempre, no es que el sector de libro haya gozado de perfecta salud toda la vida, siempre hemos estado como enfermos, entramos a terapia intensiva y salimos, y hemos sobrevivido a devaluaciones, a cambio de moneda y a muchas cosas desde el punto de vista económico.
