Lunes a la una (por Marcel Proust)

La insensibilidad de la naturaleza toda

Parece así colmar de nuestros corazones el vacío.

Decepcionante juego de la ciega materia

En el ópalo y el cielo y los ojos donde, victorioso

Y alternativamente herido, soñar parecía el amor.

La forma de los cristales, el pigmento de las pupilas,

Y el espesor del aire nos engañan sucesivamente,

Tratando de engañar nuestros dolores eternos

Con la naturaleza, y la mujer, y los ojos;

Y la delicadeza del azul pálido

Es una mentira en el ópalo

Y en el cielo y en tus ojos.

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