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Jerome David Salinger nació en Nueva York el 1 de enero de 1919 y murió el 28 de enero de 2010. Fue un escritor estadounidense conocido principalmente por su novela El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye en inglés), que se convirtió en un clásico de la literatura moderna estadounidense casi desde el mismo momento de su publicación en 1951.
El guardián entre el centeno (1951), novela escrita desde el punto de vista de un adolescente enfrentado a la hipocresía del mundo adulto, que contiene grandes dosis de ironía. La obra obtuvo un éxito espectacular y fue rápidamente traducida a diversos idiomas. Le siguieron algunos volúmenes de relatos (Fanny y Zooey, 1961; Levantad, carpinteros, la viga del tejado, 1963; Seymour: una introducción, 1963), escritos desde un buscado aislamiento en una granja, donde vivió junto con su esposa y sus hijos.
El año 1938 fue crucial: se matriculó en la Universidad de Columbia para asistir a los cursos sobre técnicas del cuento corto que impartía Whit Burnett. Unos meses después el propio Burnett publicaba el primer cuento suyo, The young folks, en la revista Story, publicación que también dio a conocer a figuras como Truman Capote y Norman Mailer y el dramaturgo Tennessee Williams. Salinger comenzó a ser conocido en 1948, gracias a algunos cuentos publicados fundamentalmente en el prestigioso The New Yorker y, tres años más tarde, como producto del resonante éxito de El guardián entre el centeno, tal vez una de las más bellas narraciones de iniciación que se hayan escrito nunca. Esta novela, cuyo protagonista es el legendario Holden Caulfield (especie de Huck Finn de la clase media americana) es la más importante por cuanto ha reflejado mejor que ninguna a la juventud americana y ha contribuido a modelarla.
Salinger escribió posteriormente una serie de relatos que reunió en un libro también muy elogiado, Nueve cuentos (1953), algunos de cuyos textos se consideran antológicos, como Un día perfecto para el pez banana, donde el personaje central se mata por un exceso de felicidad, o Para Esmé, con amor y escualidez. En ellos, el autor crea atmósferas extrañas, casi irreales y sin embargo enclavadas en la cotidianeidad norteamericana, con sus suicidas y sus personajes atormentados o trágicamente felices. Sus cuentos, a pesar de desarrollarse en un estilo terso y realista, producen la impresión de una escritura que se examina a sí misma, no en el sentido paródico o de metaficción, sino más bien como una conciencia colectiva que encarnara en el narrador. Salinger, por otra parte, anticipa en ellos las nuevas maneras de contar que se manifestarían en las generaciones subsiguientes. Además de los ya mencionados, escribió también algunos relatos más largos, de una extensión que oscila entre el cuento y la novela, que son otras tantas obras maestras de ambigüedad y extrañamiento, como Levantad, carpinteros, la viga del tejado (1963). A partir de este último año interrumpió su relación con los medios de comunicación, con lo cual dejó de conceder entrevistas y no hizo declaraciones de ningún tipo. En 1965, el semanario The New Yorker publicó su última narración, Hapworth 16, 1924, reeditada como volumen independiente en 1996.