BERTHOLD BRECHT EL IMPRESCINDIBLE

Eugen Berthold Friedrich Brecht nació el 10 de febrero de 1898 en Augsburgo y falleció en Berlín oriental  el 14 de agosto de 1956. Fue un escritor alemán y uno de los dramaturgos más destacados e innovadores del siglo XX, cuyas obras buscan siempre la reflexión del espectador, trató también de fomentar el activismo político. Comenzó en Múnich sus estudios de literatura y filosofía en 1917, a los que añadiría posteriormente los de medicina. Durante la Primera Guerra Mundial comenzó a escribir y publicar sus obras. Desde 1920 frecuentó el mundo artístico de Múnich y trabajó como dramaturgo y director de escena. En 1924 se trasladó a Berlín, donde trabajó como dramaturgo en el Deutsches Theater; posteriormente colaboró también en obras de carácter colectivo y trabó relaciones con el pintor Georg Grosz. En 1926 comenzó a interesarse con mayor intensidad por el marxismo y estableció un estrecho contacto con Walter Benjamin. Su Dreigroschenoper (Opera de cuatro cuartos, 1928) obtuvo en 1928 el mayor éxito conocido en la República de Weimar, en ese año se casó con la actriz Helene Weigel.

Desde 1930 estrechó sus contactos con el Partido Comunista Alemán. Tres años más tarde, la ascensión del nazismo forzó su salida del país: el 28 de febrero de 1933, un día después de la quema del Parlamento, Brecht comenzó su camino hacia el exilio en Dinamarca. Tras una breve temporada en Austria, Suiza y Francia, marchó a Dinamarca, donde se estableció con su mujer y dos colaboradoras. En 1935 viajó a Moscú, Nueva York y París, donde intervino en el Congreso de Escritores Antifascistas, suscitando una fuerte polémica.

Iniciada la Segunda Guerra Mundial, y temiendo la ocupación alemana, en 1939 se marchó a Suecia; en 1940 a Finlandia, país del que tuvo que escapar ante la llegada de los nazis; y en 1941, a través de la Unión Soviética (vía Vladivostok) a Santa Mónica, en los Estados Unidos, donde permaneció aislado seis años, viviendo de guiones para Hollywood. En 1947 se llevó a la pantalla Galileo Galilei, con muy poco éxito. A raíz del estreno de esta película, el Comité de Actividades Antinorteamericanas le consideró elemento sospechoso y tuvo que marchar a Berlín Este (1948), donde organizó primero el Deutsches Theater y, posteriormente, el Theater am Schiffbauerdamm. En Berlín, junto con su esposa Helene Weigel, fundó en 1949 el conocido Berliner Ensemble, y se dedicó exclusivamente al teatro. Aunque siempre observó con escepticismo y duras críticas el proceso de restauración política de la República Federal, tuvo también serios conflictos con la cúpula política de la República Democrática.

Brecht es sin duda uno de los dramaturgos más destacados del siglo XX, además de uno de los líricos más prestigiosos. Aparte de estas dos facetas, cabe destacar también su prosa breve de carácter didáctico y dialéctico. La base de toda su producción es, ya desde los tiempos de Múnich, una posición antiburguesa, una crítica a las formas de vida, la ideología y la concepción artística de la burguesía, poniendo de relieve al mismo tiempo la necesidad humana de felicidad como base para la vida.

Con su acercamiento al marxismo, esta postura se hizo mucho más radical y pasó de hacer referencia de un individuo aislado a enmarcarse en el ámbito del conjunto de la sociedad: el individuo autónomo aniquilado por el capitalismo (Mann ist Mann, El hombre es el hombre, 1924/25) consigue nuevas cualidades dentro del colectivo. Con el personaje que da título a su drama Baal (1922), Brecht creó un tipo que aparece a lo largo de toda su producción en diversas variaciones (Schweyk im Zweiten Weltkrieg, Schweyk en la Segunda Guerra Mundial, 1943) y que se expresa de manera mucho más radical en los fragmentos Untergang des Egoisten Johann Fatzer (El ocaso del egoísta Johann Fatzer, 1927/30) y Die Reisen des Glücksgotts (Los viajes del dios de la suerte, 1941). El desarrollo literario de Bertolt Brecht, que en su lírica pasa desde un acercamiento crítico a la Neue Sachlichkeit hasta formas de resistencia colectiva (Lieder-Gedichte-Chöre, Canciones-Poemas-Coros, 1934), está influido por la Biblia de Lutero, la obra de Shakespeare y la Antigüedad Clásica, así como por el teatro asiático y la filosofía china. Brecht entiende la filosofía como la doctrina del buen comportamiento, una categoría que resulta fundamental en su obra. En este sentido entiende sus textos como intentos progresivos de provocar asombro, reflexión, reproducción y cambios de actitud y de comportamiento en el espectador. Para ello utiliza el conocido «efecto de distanciamiento» que no debe ser entendido sólo como una técnica estética, sino como «una medida social». Sus intentos dramáticos más radicales de carácter pedagógico y político son: Lindberghflug (El vuelo de Lindbergh, 1929), Das Badener Lehrstück und der Neinsager (La parábola de Baden y el que decía que no, 1930), Die Maßnahme, (La medida, 1930), Die Ausnahme und die Regel (La excepción y la regla, 1930) y Die Horatier und die Kuratier (Los horacianos y los curacianos, 1934); en todos ellos se pone de relieve una fuerte separación entre escenario y espectador.

Con la llegada del nacionalsocialismo todos estos intentos revolucionarios perdieron sus presupuestos sociales. En el exilio, Brecht escribió sin publicarlas algunas de sus piezas más conocidas: Leben des Galilei (Vida de Galileo Galilei), que apareció en 3 versiones: una danesa de 1938-39, otra americana de 1945-46, y la tercera, berlinesa, de 1953-55, Mutter Courage und ihre Kinder (Madre Coraje y sus hijos, 1939), Der gute Mensch von Sezuan (El hombre bueno de Sezuan, 1943), Herr Puntila und sein Knecht Matti (El señor Puntila y su criado Matti, 1940), aparte de escritos teóricos sobre teatro Der Messingkauf  (La compra de latón) 1939/40 y algunos apuntes para unas novelas Tui-Roman (Novela de Tui), 1930/42; Die Geschäfte des Herrn Julius Caesar (Los negocios del señor Julio César) 1938/39. Con sus análisis sobre el fascismo y los Svendborger Gedichte (Poemas de Svendborg, 1939) tomó parte activa en la lucha antifascista.

Condicionado por la situación social, tras 1945 trabajó solo en obras de carácter didáctico, olvidando sus experimentos de los primeros años. Brecht dejó escrita la célebre sentencia: “Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay quienes luchan un año y son mejores, hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”. Acaso se refería a su propia condición humana e intelectual.


INFORMACIÓN TOMADA DE
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Bertolt Brecht». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/brecht.htm [fecha de acceso: 14 de febrero de 2024].

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