NATALICIO DE NIKOLÁI GÓGOL

Nikolái Gógol, escritor y dramaturgo ruso, nació el 19 de marzo de 1809. Sus obras más conocidas son Taras Bulba y Almas Muertas, considerada como la primera novela rusa moderna.

Gógol cultivó varios géneros, pero fue notablemente conocido como dramaturgo, novelista y escritor de cuentos cortos.  

Gógol nació en Sorochintsy en Ucrania en el seno de una familia de la baja nobleza  . Su propio abuelo, Afanasi Gógol, escribió en documentos censales que sus «antepasados, de apellido Gógol, pertenecen a la nación polaca». Sin embargo, su bisabuelo Yan (Iván) Gógol, se trasladó a la parte oriental de Ucrania, más vinculada culturalmente a Moscovia y se estableció en la región de Poltava, dando lugar a la línea familiar de los Gógol-Yanovski. Las profundas creencias religiosas de la madre sin duda debieron influir en la visión del mundo de Gógol, muy condicionada también por su entorno familiar de baja nobleza en un medio rural.

En 1831, conoció a Aleksander Pushkin, que le ayudó en su carrera como escritor y se hizo amigo suyo. Escribió diversos relatos breves cuya acción transcurre en San Petersburgo, como La avenida Nevski y Diario de un loco. Sin embargo, sería su comedia El Inspector, publicada en 1836, la que lo convertiría en un escritor conocido.  Gógol pasó casi cinco años viviendo en Italia y Alemania, viajando también por Suiza y Francia. Fue durante este periodo cuando escribió Almas muertas, cuya primera parte se publicó en 1842, y la novela histórica Taras Bulba, protagonizada por el cosaco del mismo nombre y ambientada en el siglo XVI en tierras ucranianas y que estaban parcialmente ocupadas por los polacos. Se dice que la idea de la trama de Almas muertas le habría sido sugerida a Gógol por Pushkin. 

Gógol un hombre perfectamente instalado en la corte zarista había escrito Almas muertas como un feroz fresco sobre sus contemporáneos pudientes. Cuando se le reprocha ese ataque, imprevisible en alguien de su posición, Gógol comienza a escribir una segunda parte de su novela a la que titularía Almas Blancas con el propósito consciente de revertir su visión anterior. Cuenta entonces (Gógol), que mientras estaba describiendo en trazos benévolos la conducta de sus personajes, la pluma se le desviaba hacia el grotesco, hacia la denuncia, hacia la disección de una sociedad viciada de corrupción. Así,  Almas Blancas nunca se publicó ya que Gógol quemó lo mucho o poco que llevaba escrito en la chimenea de su confortable cuarto de trabajo.

Sus últimos cuatro años de vida transcurrieron en una cómoda casa de dos plantas ubicada en lo que hoy se conoce como Bulevar Nikitski de Moscú. Esta residencia se conserva como museo y guarda casi todos los muebles y objetos personales del autor; incluyendo su escritorio, en el que trabajaba de pie y coronado con una imagen del poeta Pushkin, sus plumas y cuadros personales, donde sobresalen fotos de religiosos ortodoxos con quienes tuvo trato. También se exhibe su máscara mortuoria de yeso. Gógol falleció allí mismo, en su alcoba, mentalmente muy enfermo y con un gran deterioro físico.

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