OMAR MEDRANO: EVANGELISMO VISUAL EXPUESTO CON DECLARACIÓN DE FE

Por Leonardo Parrini

Pintar con fe en tiempos de colera, sentimiento que cunde entre los espíritus más críticos frente a tanta trafasía oficial e ilegal, es también un acto de rebeldía. En tiempos de asesinos a sueldo, persecución política y derechos transgredidos, declarar explícitamente la fe es un gesto de valentía y, por qué no decirlo, de dignidad.

Omar Medrano llega con dos propuestas a su nueva exposición individual Introspección de Fe, en el Centro Cultural Metropolitano, en Quito: “Soy un artista que busca el coloquio constante entre mí y el pintor que llevo dentro”. El mensaje dual del artista transita por sendas distintas, de un lado la proclama explícita de fe en Cristo “que me ha cambiado la vida…debido a ciertas vivencias personales”. Y, como pintor, “un evangelismo visual que quiero yo jugar con el espectador para describir alguna experiencia íntima”.

El resultado, neofigurativismo en óleo sobre tela, uso (de)liberador del color, trazo firme y, a ratos, denotaciones de un geometrismo abstracto donde no están ausentes ciertas connotaciones feístas.

Irrupción de una pintura de buen oficio y elegante factura estética, Omar Medrano, pincel en mano, nos lo está insinuando a todo color, bajo una mirada interior que se dirige a sus propios actos o estados de ánimo. Y lo suyo es la ironía, el sarcasmo de una figura humana y humanizada por su mirada de artista.  

En este acto de mirarse a sí mismo, de buscar en el propio interior, en sus pensamientos y sentimientos con el objetivo del autoconocimiento para poder hacer una identificación y comprensión de las propias emociones y conductas, Medrano, nos deja un testimonio de vida. Se define como artista autodidacta y sociólogo, su inspiración es el ser humano, en especial “la mujer como musa eterna de mi vida”, además de la naturaleza, la cotidianeidad urbana y su entorno lúdico y estético. Pintor con 52 exposiciones individuales y 23 colectivas, realizadas en las principales galerías de arte de Ecuador y en las ciudades de Sydney, Caracas, Santiago, Amberes, Bruselas, Nueva York y Nueva Jersey.

Su pincel evoca ciertos rasgos estéticos que a veces, en lo más mínimo, podría alcanzar un cierto nivel de hermosura, pero depende de las experiencias en la vida, las que plasma sobre un lienzo. Medrano tiene fe, no solo en su convicción mística, sino esencialmente en sí mismo como artista. 

La muestra Introspección de Fe, está abierta al público en el Centro Cultural Metropolitano, en Quito, todo el mes de abril.

administrator