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La escritora china, que emigró a Estados Unidos en 1996, reúne en «Querida amiga, desde mi vida te escrito a tu vida» varios ensayos sobre literatura, el suicidio, madres tiránicas, escritura…
LIBROS (Y MÁS). “Durante años he tenido la idea de que todas mis preguntas serán respondidas por los libros que estoy leyendo. Los libros, sin embargo, solo llevan a otros libros”, escribe Yiyun Li en una de las piezas de Querida amiga, desde mi vida te escribo a tu vida (Chai editora, traducción de Virginia Higa). Es la frase que los editores destacan en la cuarta de cubierta y es un acierto: un cebo perfecto. El título, largo y que exige cierto esfuerzo al memorizarlo, está tomado de los cuadernos de Katherine Mansfield. “Lloré al leer esa línea. Me recuerda a ese chico de hace tantos años que no podía dejar de enviarme cartas con dibujos de sus sueños. También me recuerda por qué no quiero dejar de escribir. ¿Acaso los libros que una escribe –pasados, presentes y futuros– no intentan decir eso mismo?: Querida amiga, desde mi vida te escribo a tu vida. Qué largo es el camino entre una vida y otra, pero ¿para qué escribir si no es por esa distancia? ¿Qué sentido tendría escribir si no existiera esa distancia, si fuera posible soltar las cosas, reemplazar cada antes por un después?”. Yiyun Li es novelista, también profesora, Galaxia Gutenberg y Lumen tradujeron algunas de sus novelas, y este es su primer libro de no ficción. Son ensayos sobre libros y lecturas, pero también son unas tímidas y discretas memorias.
LA MADRE Y LA LENGUA. Yiyun Li tenía otra carrera profesional, era científica; la conversión a escritora se produjo ya en Estados Unidos, a donde emigró en 1996. “¿Considerarás alguna vez escribir en chino?, me preguntó un editor en China, como muchos habían hecho antes que él. Yo dije que lo dudaba. ¿Pero no quieres formar parte de la literatura china contemporánea?, me preguntó. He rechazado que mis libros se tradujeran al chino, cosa que algunos consideran odiosamente pretenciosa. De vez en cuando mi madre comenta, señalando mi egoísmo, que le he negado el placer de leer mis libros. Pero el chino nunca fue mi lengua privada. Y nunca lo será”, escribe. En otro de los textos, dice: “Escribir es la única parte de mi vida que he llevado más allá de la narrativa de mi madre”. El bilingüismo de Yiyun Li le permite descubrir errores de traducción bastante graciosos, como el del aeropuerto internacional de Pekín, donde un cartel dice en chino “Echa un vistazo a esta vida maravillosa que se extiende delante de ti”, y en inglés, “Esta vida maravillosa te miente a la cara”.
SUICIDIOS Y SUICIDAS. “Empecé estos ensayos con sentimientos encontrados y motivos contradictorios. Quería argumentar en contra y a favor del suicidio, es decir que quería mantener la opción del suicidio y quería que se alejara para siempre de mí”, escribe Yiyun Li en el epílogo. El suicidio aparece de manera más o menos expícita a lo largo del libro: Li habla de estancias en el hospital y de intentos de suicidios, propios y ajenos; habla de escritores suicidas, como Stefan Zweig y Breece D’J Pancake. De un modo a veces elusivo, siempre discreto, Yiyun Li trata de ver qué hay detrás del impulso suicida.
MANSFIELD, TREVOR Y LOS DEMÁS. Este libro es un libro de libros. Mansfield es una de las guías, otras son William Trevor, con el que Yiyun Li mantuvo una amistad, lee a Marianne Moore y a Ivan Turguénev –con quienes comparte haber tenido a una madre tiránica–, a Philip Larkin y a Kierkegaard, a quien toma prestado el título para uno de mis capítulos favoritos: “Lo uno o lo otro: un coro de misceláneas”, que tiene algo de collage y de diálogo de sordos. “Escritor y lector nunca deberían poder conocerse. Viven en marcos temporales diferentes. Cuando un libro cobra vida para el lector, está muerto para el escritor”.
Y ENTRE MEDIO DE TODO, EL HUMOR. Suicidio, lecturas, madres tiránicas y depresión no parecen asuntos muy proclives al humor, y sin embargo, ¡hay! Viene siempre de una especie de dislocación frente a la realidad. Li utiliza el humor para introducir reflexiones serias, como cuando abre con esas fotos que muestran el antes y el después en las revistas femeninas –que ella descubre en EEUU– y tira de ese hilo para reflexionar sobre el tiempo, el presente, el pasado y el futuro. También hay humor cuando habla de su paso por el ejército. “Una de las actividades más temidas en el ejército era la película semanal, una actividad de enriquecimiento para levantar la moral. Establecí una competición con la chica que se sentaba a mi lado para ver quién podía dormir más durante esas películas: yo solía ser la ganadora. Pero mis hazañas no eran tan admirables como las de una chica de otro escuadrón que podía permanecer de pie en perfecta postura militar y dormitar sin problema”.
TOMADO DE: https://letraslibres.com/literatura/yiyun-li-desde-su-vida-te-escribe-a-tu-vida/12/04/2024/