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Adília Lopes
Después del Holocausto, la cucaracha Eva y la cucaracha Adán comerán de la manzana. Pero esto no será pecado. Y una humanidad de cucarachas vivirá feliz por siempre en un Paraíso sucio de restos de personas que no parecerá sucio a nadie.
No sé si para las cucarachas hay sucio y limpio: sé muy poco de cucarachas. Sé que, cuando veo una cucaracha pataleando, patas arriba, la ayudo a ponerse de pie. La cucaracha no está acostumbrada a que la ayuden. Le parece raro. Patalea cada vez más. Algunas veces se trepa por mi mano. Y no sé si se siente agradecida. Al fin, apenas queda de pie, corre muy rápido a esconderse debajo de los muebles.
(había una vez una cucaracha que hacía operaciones: sacaba centavos de la barriga de las personas).