EL CIRCO

En vez de ir al cine, hoy iremos al circo —dice papá.
A llegar, la función ha empezado y está concluyendo su número Yadira, la yegua equilibrista.
Después se presentan Zazá y Zezé, las trapecistas gemelas.
Luego ríen a carcajadas con las geniales ocurrencias de Genaro Cebada, el payaso con nariz de zanahoria.

A continuación se presenta Ciro Cebolla, el mago llorón. En vez de llevar un girasol en su pechera, Ciro lleva una cebolla. Es grande la magia de este mago: con solo acercar su nariz a la cebolla, aparecen lágrimas en sus ojos. Y en menos de lo que canta un gallo, la cebolla se convierte en pañuelo, con el que hace desaparecer las lágrimas.

Finalmente, anuncian a la mujer manguera. Cuando todos se alistan a conocer a un verdadero fenómeno, aparece una robusta vendedora del circo, que grita a todo pulmón:

– ¡Mangos! ¡Mangos!
Y concluye así la primera parte del espectáculo.

Francisco Delgado Santos 

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