ECOS DE UNA CAMPAÑA

La Campaña Nacional por el Libro y la Lectura Eugenio Espejo, retoma nuevos bríos y replantea su relación con los lectores, y los recursos administrativos, para llegar a todo un país con millones de libros y revistas. 

En tiempos remotos los hombres se ponían en campaña con el fin de realizar un conjunto de actos o esfuerzos de índole diversa que se aplicaban a conseguir un fin determinado. Ese fin que debió ser militar, político o religioso, estuvo destinado a despejar de obstáculos el horizonte de un propósito, como una campiña o campo llano sin montes ni asperezas. De allí el nombre y el sentido.

Así la humanidad fue testigo de guerras de conquista coloniales, cruzadas santas inspiradas en el afán de imposición y dominio, pero pocas o ninguna campaña liberadora de índole cultural.

En los tiempos modernos las campañas se allanaron a objetivos ideológicos, económicos o electorales en procura de mayores espacios de poder, y rara vez se distinguieron por una loable inspiración humanitaria o social.

El legado de un visionario

Dicha dinámica de las campañas se reiteraba a escala planetaria, regional o local, de modo que cuando el escritor Iván Égüez concibió una campaña de carácter cultural resultó, por decir lo menos, una extravagancia. Y aquella campaña fue un esfuerzo privado, cristalizado en un vasto plan con el objetivo de mejorar el comportamiento lector de ecuatorianos y ecuatorianas. Una campaña por el libro y la lectura, inspirada en otro quijote criollo, Eugenio Espejo, que visionario quiso cambiar el horizonte ideológico y cultural del terruño colonial.    

Con total pertinencia la campaña de lectura de Égüez adoptó el nombre de Eugenio Espejo, considerado crisol de la nacionalidad ecuatoriana, precursor de la Independencia americana, traductor y difusor de los Derechos del Hombre proclamados por la Revolución Francesa. Primer bibliotecario del Ecuador, médico, y su primer gran escritor y enciclopedista de la colonia. La vocación educativa de Espejo quedaría plasmada en su fecunda obra, en El Nuevo Luciano de Quito, Marco Porcio Catón y la Ciencia Blancardina. Y en lo que sería su primacía periodística, Primicias de la cultura de Quito (1792), textos en los que Espejo resumiría su visión de la lectura: “En el Plan de Estudios y sus apéndices se inculca muchas veces (y se repite ahora) esta primera verdad: que leer bien, hablar bien y escribir bien, son las tres bases y columnas fundamentales del templo de Minerva. Los enunciados tres artículos sufren mucha parálisis en toda la dominación española, europea y americana, aunque en las Américas está en sumo grado la enfermedad. El origen proviene de las escuelas de primeras letras: en la que raro es el maestro que sabe enseñar el beaba (…) También influye mucho en el enunciado pecado capital, el que a las escuelas lleven los muchachos los peores libros (…) Estos pestíferos perfumes y otros duran de por vida en los muchachos, pues sabida es aquella sentencia experimental, de que el primer olor que perciben los barros, lo conservan siempre, aunque se quiebren. En algunas naciones de las más cultas, los maestros de primeras letras son los hombres más sabios y más condecorados, porque el mayor esmero se debe poner en el cimiento de la casa”.

Inspirada en estos preceptos se crea la Campaña Nacional por el Libro y la Lectura Eugenio Espejo, con el respaldo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, entidad que le otorgó el aval no oneroso mediante la Resolución Nº 10, el 20 de abril de 2001. El escritor Iván Egüez, había registrado su propiedad intelectual el 30 de noviembre de 1998, mediante Registro Nº 1142. Con los objetivos prioritarios, que eleve a un plano primerísimo el tema de la lectura y el libro en los escenarios políticos, sociales, culturales y de medios de comunicación; que ponga en manos de los lectores productos adecuados y accesibles, en colecciones masivas, o diferenciadas por tirajes/géneros/temas/edades; que involucre al país en su conjunto y contribuya a unirlo, a propiciar una diversidad fecunda y a la afirmación de identidades y ciudadanía.

En una Primera Etapa (2001-2004), la Campaña editó de 2’000.000 de libros distribuidos, a través de medios impresos: El Universo, La Hora, Vistazo, Diario manabita, Los Andes, Diario La Verdad. Y la suscripción de convenios con siete universidades, 5 municipios, la UNE y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

En la Segunda Etapa (2004-2007), se procedió a la formulación del Plan Nacional de Lectura; Organización de la Red de Lectores (60.000 suscriptores a través de la Empresa Eléctrica Quito, ETAPA de Cuenca, Empresa Municipal de Alcantarillado y Agua Potable, EMAAP, etc.). Cursos semi presenciales para mediadores y promotores de lectura, a través de 203 centros de la Universidad Técnica Particular de Loja. Convocatoria, asesoramiento y articulación de 141 proyectos, programas y acciones de fomento a la lectura en todo el país.

En la Tercera Etapa (2007-2011), se contempló la ejecución del Plan Comunitario de Lectura, a través de los gobiernos seccionales del país. Se trató de una acción dirigida directamente a los ciudadanos para mejorar su comportamiento lector, no era una política meramente estatal sino una política pública que articuló las prácticas y acciones de los actores reales en el campo del libro y la lectura, ya sean estatales, seccionales, empresas privadas, Ongs y organismos internacionales de fomento de la lectura. Concluido el documento de base por el equipo promotor-sistematizador del Plan, se pasó a la segunda fase, esto es, la participación de los actores sociales e institucionales en dos regiones: Sierra y Costa, a través de talleres facilitados por el equipo.

Logros alcanzados

En los años de existencia ininterrumpida, la Campaña ha publicado cerca de siete millones de libros, y editado obras esenciales que todo ecuatoriano debe leer. Son libros para conocer un país, cuya distribución se ha venido dando a través de empresas de servicio público y otras formas masivas de reparto. La Campaña de Lectura Eugenio Espejo difunde los libros en un Catálogo de Publicaciones que presenta diversas colecciones: Luna de Papel, Pensamiento Fundamental Ecuatoriano, Luna Libre, Luna Viva, Cuarto Creciente, Luna Llena, Media Luna, Luna Tierna, Luna de Bolsillo, revista semestral Capítulo Aparte y la revista mensual Rocinante.   

En el tiempo, no sin denodado esfuerzo y con legítimo orgullo, la Campaña Nacional por el Libro y la Lectura Eugenio Espejo exhibe importantes metas alcanzadas: es un modelo y aporte ecuatoriano en la construcción de planes de lectura en Ibero­américa; ha generado un importante espacio de reflexión teórica sobre el tema de la lectura; ha construido la red más grande de lectores; ha construido una infraestructura mínima pero suficiente y cuenta con un pequeño equipo de expertos que basa su eficacia en la calidad de sus conocimientos y en la fortaleza de sus convicciones; ha implementado formas modernas de administración bajo el principio de la responsabilidad compartida y aprovecha la organización y capacidad instalada tanto del sector público como del privado para poner en marcha una idea incubada desde siempre. Cree en la planificación, pero también en la solidaridad y en las utopías posibles, pues, para que las cosas existan primero hay que soñarlas.

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